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Kandy la saga -Episodio XI-

¿Cómo les está yendo este 2024? Para mi este año está siendo un año de grandes retos y nuevos desafíos pero estoy dando lo mejor de mí para que todo marche cómo debe ser. Les tengo muy emocionantes noticias y es que muy pronto estará a la venta la próxima entrega de mi saga “Diario de los últimos días en la tierra” y sé que muchos de ustedes ya anhelan saber que sucederá después de todos esos caóticos acontecimientos del volumen III así que estén muy al pendiente de mis redes sociales para que sean de los primeros en adquirir su copia 😉 😉😁

Por ahora les dejo con el PENULTIMO capítulo de Kandy. No se pueden perder el final, estoy seguro les va a encantar.

Capítulo XI: El precio de un mañana

Joshua 6:45 AM

Yo me rehusé a perder a la única persona que había de algún modo cambiado mi vida y le dio un sentido. Me puse la mejor camisa, me puse esa locion que me había regalado Kandy. Hoy era mi primer día. Era el primero de los pocos que me quedaban.

Natman lo había logrado y me había conseguido un puesto en el gobierno que no hubiera imaginado. Gerente de finanzas de la capital. Esto era algo que no esta en los planes. Incluso tengo que admitir que nada de lo que esta pasando estaba en los planes; pero ahora estaba tratando de hacer dos cosas que eran totalmente opuestas. Improvisar y planear al mismo tiempo. El ser gerente de finanzas de la capital del país me permitiría tener acceso a información de los peces gordos de la ciudad, conocer sus declaraciones de impuestos, incluso saber si había alguna multa que cobrar. Me iba a jugar todo en esto, iba a tratar de hundir las empresas que tenían inversiones en Cerberus y la única forma que tenía que no fuera encarándolos de frente era a través de una mano más poderosa que la mía. Lo que estaba claro es que esto no me iba a ser eterno. Tarde o temprano iban a llegar a por Cerberus pero para ese entonces ya debería tener planeado algo adicional. Algo a lo que todavía no estaba listo pero tenía fe en que mi mano derecha ahora, Natman Rog, estaría dispuesto a apoyarme o sugerirme por alguna cantidad suficiente. Sin embargo, ahora lo más importante era evitar que todo se viniera abajo.

Me bebí una taza de café y di un par de mordidas a un pan tostado para al salir encontrarme de frente a Titania quien cómo de costumbre iba aún refunfuñando para ir al colegio. Tras despedirme con una fingida sonrisa y un abrazo subí al coche para entrevistarme con mi nuevo gremio.

Kandy 9:25 AM

Dios…Que noche… Tenía muchísimo tiempo que no rumbeaba tanto como anoche. Que buena decisión fue no ir de vuelta a con Tempesta, que seguro solamente me hubiera regañado. Uff…¿Dónde estoy? Bueno. Al menos la vista es agradable. A mi derecha una espalda ancha y bien trabajada en el gimnasio y a mi derecha una cintura hermosa y unas caderas prominentes.

No soy mucho de trios, a los hombres les gana su lado cavernícola y luego te tratan como si fueras una prostituta pero anoche no tengo ni idea de que me dieron a probar y bueno…Estas cosas pasan, seguro que a más de una le ha pasado.

Yo creo que esto era lo que me faltaba. Hacía mucho que no me sentía tan fresca al despertar; bueno eso ignorando el tremendo dolor de cabeza y la boca seca que tengo en este instante. Pero nada que un buen pase no arregle.

Aunque quizá también tenía mucho que ver con la esperanza de solucionar las cosas a mi modo. O bueno al menos al modo que me pudiera facilitar Packie. Desde luego los mafiosos saben de estas cosas, ellos se la pasan escondiendo dinero así que con que me escondan a mí o me cambién la identidad y me quede algo de dinero no me importa incluso tener que traficar un rato.

Una vez saliendo del enorme problema que era Joshua seguro que podría encontrar quien me ayude a quitarme este maldito veneno que traigo en las venas o si quiera que me lo confirme. Tal vez ir al país de mamá, buscar alguna curandera. Pero esos ya son problemas de la Kandy del futuro. Era hora de volver a casa y prepararme para lo que fuera a suceder con Packie.

Joshua 12:00 PM

Paso número 1: No cagarla. Éxito.

Paso número 2: Localizar a Kandy. Fallido.

Temo que mi paciencia no logre soportar para los días siguientes si no tengo novedades de ella. Llame varias veces a Tempesta pero lo único que me dijo es que seguía dormida. Conocía ese tono en su voz. Era el tono de Kandy no está para ti. Siempre usaba esa pausa entre palabras, cómo si buscara la forma de no herirme. No era algo que me molestara, realmente lo que me molestaba era el no poder estar con ella. Ahora más que nunca quería estar con ella. Teníamos algo muy importante que resolver y ese era el de como salvar nuestras vidas y ella por el contrario había decidido que iba a resolver las cosas “a su manera” y Raziel ya había sido testigo de cómo Kandy podía solucionar las cosas…Con el peso del plomo.

Kandy: 2:00 PM

Bañada, perfumada, empoderada y sobre todo bien empolvada. En todos los aspectos. Mi labial favorito como nota adicional. No voy ni muy exótica pero tampoco muy fachosa. Me daría un 7 de 10. Estoy segura que Packie me pondrá en contacto con alguien suficientemente pesado. Ahora si hay algo que me fastidia un poquito es que mi bolso pesa un horror, pero bueno, darle casi todos los miralios que tenía era algo a lo que no podía negarme. Tampoco es que el estuviera seguro de cuanto tenía y se que era tan astuto como para entender que no le iba a dar todo mi dinero. Tampoco le convenía que me quedara sin dinero…¿O si?

Llego en una motocicleta, que exotico. Era parte de su encanto. Una Harley o algo asi, a mi me fascinaba por que sentía cómo el motor vibraba por todo mi cuerpo incluyendo en mi zona más feliz. 

Tempesta se veía bastante molesta cuando me vio pasar a Packie quien se notaba bastante interesado en mi casa. Cómo sea me daba igual, ya no tardaba en irme de aquí. Lo medité toda la mañana. Me iré hacia Tirsnabe, el país que estaba al norte. Pese a que hablaban las peores cosas del gobierno, por ser gobernado por un príncipe, para mi lo peor era terminar tras las rejas por todo el lio que había con Joshua y desde Tirsnabe tomar un viaje a Cuba. Ahí buscaré a la familia de mi madre y tendré solución. Si. Ese era el camino.

Subí a la motocicleta y me abracé con fuerza a la chaqueta de piel de Packie. No preste atención a nada de lo que dijo, era una mezcla de frases entre tratar de intimidarme y convencerme de que fuera lo que fuera a hacer no huyera lejos de aquí, que podíamos asociarnos y blah blah… Nada de eso me interesaba, el último socio que tuve me pegó el VIH así que, gracias, pero no gracias.

Esperaba un mínimo más de clase pero terminamos llegando a una pequeña puerta de color azul con porton de lamina. La fachada se veía muy mal y estaba totalmente grafiteado. Mire a Packie quien con una burlona sonrisa me dijo -¿Qué? ¿No me digas que vienes de un barrio muy fino?-

Cuando baje la pierna mi primer error fue que pegue la pierna al escape de la motocicleta y de inmediato grité

-¡Ay mierda mierda ayúdame Josh—-Jo—Yo me quemé!

Packie me miro extrañado mientras se agachó para mirarme la pierna y yo apretaba mis uñas con todas mis fuerzas a su espalda. Ardía muchísimo

-Pues eso va dejar una cicatriz. Pero es que donde tienes la cabeza Kandy. Te dije durante el camino claramente que cuando te bajaras de la motocicleta no bajaras de inmediato la pierna por que te ibas a quemar. A veces siento que no me pones ni el más mínimo de atención

-Puta madre… bueno ya vamos apurarnos- Le dije molestísima mientras miraba mi piel enrojecida.

Entramos por un estrecho pasillo oscuro y maloliente. Los ladridos de perros era algo que especialmente detestaba y mientras pasábamos por el largo pasillo escuchaba varios al fondo de este.

Mierda de perro por todos lados, orines, esto se ponía cada vez mejor. Packie tocó tres veces una puerta forrada de aluminio de cocina. ¿A que clase de lugar me estaba trayendo?

Casi me muero de risa cuando veo quien abre la puerta. La vida es una puta.

-Kandy. El es Romulo; Romulo ella es de quien te hable. Quiero un trabajo limpio. Así que bueno ¿nos invitas dentro?

EL MISMISIMO HIJO DE PUTA DE ROMULO…

Bufe, no pude disimular mi enojo pero entré. Mínimo tenía el respaldo de Packie y no creo que este cuatro ojos tenga tanta suerte para jugársela estafando a dos o tres.

-Querido…Ehm… ¿Te importa si me dejas negociar a solas con él?

-NO- Dijo Packie cruzando los brazos mientras entrabamos a una habitación llena de documentos, monitores de computadora y periódicos.

-Escucha. Creo que te queda bien claro que no se la voy a mamar ni me lo voy a coger, nada más de verlo me da un asco que es peor que el de esta pocilga. Así que déjame hablar con él y cuando salgamos platicamos lo demás que tengamos que platicar ¿te parece? Es más para que veas que no miento. Ten aquí esta parte del trato.

Saque los miralios de mi bolso que estaban en un pequeño saco y Packie riendo tan solo los toma y con una mueca me responde

-Tienes 15 minutos para hablar a solas con él. Y después entro y me lo cuentan todo… Donde me entere que tramaron algo contra mí. Los mato aquí.

-Ay si si que miedo el hombre malo… Ya dejanos hablar Packie parece que no me conoces…

Packie salió y cerró la puerta con la seguridad de que era el gato y nosotros los dos ratones en la ratonera.

Me senté en una silla metálica y Romulo mostrando sus amarillentos dientes se acomodó frente al a la computadora que estaba en un rincón.

-Mira quien llegó…La puta que se follaba la poliforma… Se lo dije. Le dije que lo ibas a traicionar y mira, aquí estas. Cobijada ahora por un narcotraficante. Pero dime ¿En que te puedo servir?

Joshua: 4:45 PM

No puedo tolerarlo. No puedo. Simplemente no puedo. Me estoy desbaratando por dentro. Pido salir antes del trabajo por una emergencia familiar. Es lo más que se me ocurre aunque tampoco es cómo que haga mucha diferencia por el día de hoy. Entendía perfectamente que el primer día de trabajo es cómo un día libre. A diferencia de mi primer día en Cerberus, esta vez estaba en un lugar diferente por circunstancias diferentes. Era prueba de lo mucho que me había distorsionado la percepción Cerberus. La prueba del Joshua que era ahora.

Manejé con la esperanza de encontrar  a Kandy en casa y de no hacerlo, la esperaría. Tenía que salir, o si no estaba tenía que regresar. Kandy no era la clase de personas que huía del campo de batalla, si algo me había quedado claro es que iba a pelear hasta que se le rompiera el último hueso; sin embargo, yo me iba a volver su escudo, iba a evitar que eso sucediera.

Me estacioné donde ahora ya estaba acostumbrado. Tome de la guantera del coche un poco de loción y la esparcí por mi cuello. Quería tener la oportunidad de que Kandy me abrazara y oliera esa colonia que me obsequió, que le evocara el recuerdo de los momentos felices.

Toque la puerta. Un silencio eterno.

Mejor el timbre, recordé que Tempesta ya esta un poco sorda, seguro que ya no escucha el golpe a la puerta. El sonido me hace fruncir el ceño mientras golpeo impacientemente con el pie el piso.

Tempesta finalmente abre la puerta. El suspiro de desgano que exhala me hace pensar que lo peor esta pasando.

-Ay Joshua, hijo…¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar trabajando?

-Lo siento pero…Yo creo que no es necesario explicarlo. Las cosas entre Kandy y yo no están bien y estoy muy preocupado, quiero que todo se arregle.

Ella me da una mirada indescriptible, es la mirada de las mil excusas, una que demuestra lo mucho que has tenido que mentir por alguien hasta el punto de estar cansado.

-Escucha Joshua… Por que no pasas por un momento y me dejas darte un consejo…

-Claro por su— Respondo sin embargo Tempesta toma mi mano y mirándome a los ojos me dice

-Solo si prometes que después de escucharme vas a volver al trabajo ¿Entendiste?

Ni si quiera mi mente pudo controlarse, de inmediato las lagrimas se aflojaron y comenzaron a escurrir y tan solo asentí.

Me senté en ese sofa donde más de una vez tuvimos sexo a todo lujo y sin preocupación cuando Tempesta salía. Ahora era un sofá con historias que no sabía si se repetirían.

-Joshua ¿Alguna vez tuviste o cuidaste alguna planta? Te pregunto si tuviste por que se que a Kandy todo lo que tenga vida se le da pesimo cuidarlo. Una vez por nada y mete al horno a un gatito que encontró húmedo en la calle por que quería secarlo…

Dejé exhalar una risita fingida mientras limpiaba mi nariz un poco.

-¿Ahora lo entiendes Joshua? Yo…No sé cómo decírtelo. Kandy es Kandy. Kandy va a su propio ritmo. Ella no se fija si tratando de cuidar las cosas las va matar. Y eso en parte creo que es culpa de su papá y mía.

¿A que se refiere?- Respondí

-Pues…El poco tiempo que mi hijo estuvo aquí con vida…Siempre trato de darle el amor que su madre le negó. Incluso yo también. Pero a veces…Yo creo que también el exceso de amor termina pudriéndose, cómo cuando riegas demasiado una planta…Algo así.

Veía cómo Tempesta movía sus dedos ansiosa. Ella quería que me fuera de aquí. Era seguro que Kandy no estaba aquí y sobre todo que fuera por la razón que fuera, ella no vendría con las mejores intenciones.

-Entonces ¿Lo de Kandy y yo ya no tiene remedio?

-Es que ella no es para ti. O mas bien tu no eres para ella Joshua ¿No te das cuenta? No eres un muchacho tonto. ¿Qué haces aquí? Ve allá afuera, hay mil personas mejores. Kandy no te va a dar nada más que lo que has visto hasta ahora ¿Qué estas esperando? Es difícil para mí siendo mi propia nieta decir esto, pero es la verdad. Olvidate de ella, se feliz a tu manera. Piensa que Kandy fue esa estrella fugaz que viste. Todos vimos una…Pero las estrellas fugaces no se pueden guardar en nuestras manos, si no en nuestros recuerdos.

Las lagrimas de nuevo corrían como ríos por mis ojos. Ojalá lo de Kandy fuera solo amor pero ¿Cómo le explicaba a Tempesta que lo de Kandy no solo era una cuestión de amor? ¿Qué implicaba algo mil veces mayor?

-Es que no es tan sencillo…Pero…Le agradezco mucho su consejo. Ahora cumpliendo mi promesa. Me voy  a retirar.

Me levante e inflando el pecho para tratar de no desmoronarme frente a la abuela de la persona que más he amado en la vida miré a la pequeña mesita de centro que había en la que se miraba una foto de Kandy, Tempesta y yo en aquel fin de semana en la playa cuando las cosas eran aún el idilio.

El sonido de una motocicleta arrancándose a toda velocidad se escucha y me evita escuchar el sonido de la puerta abriéndose.

-¿Y tu que mierdas haces aquí adentro pendejo?-

-Kandy ya basta. No hables así aquí adentro de la casa porfavor. Joshua, te pido que te retires.

Kandy sostenía sus zapatos en la mano. Se le miraba el labial ligeramente corrido, algo que ya había aprendido era que siempre que besaba le sucedía. Kandy había besado a alguien más.

-Yo…Ya me voy…-

Los dedos chasqueando de Kandy me piden que me vaya mientras la veo cojear.

-¿Qué te pasó? – Digo instintivamente

-No, ni te me acerques cabrón. ¿Ya le contaste a Tempesta? ¿Qué eres un cobarde que se mete con prostitutas cuando yo no estoy? ¿Qué me pegaste la gonorrea y quien sabe que más? O eso no te lo dijo el señor. Por que así como lo ves con esa cara de perrito llorón es un grandísimo hijo de la gran puta. Por culpa de este pendejo, por culpa de este pendejo yo….

Kandy tira su bolso y empujándome sube a su habitación para azotar la puerta.

-Señora Tempesta yo—

Ella me mira confundida.

-Descuida…Cómo te dije…Yo conozco a mi Kandy. Ahora por favor vete.

Kandy 9:30 PM

Bien…El cuatro ojos dijo cinco días. Si hoy es martes, significa que para el lunes estoy libre. Ya nada más queda ver que hago con el idiota de Packie, pero ya lo tengo donde quería. Los dos mordieron el anzuelo. La mesa esta servida, hora de ver quien se termina primero el plato.

Lo bueno de ser mujer es que una no solo piensa solo en el dinero, ellos amasan billetes, para mí es un concurso de ver quien la tiene más grande. Lo malo es que siempre alguien la va tener más grande que tu.

Y Joshua…Bueno…Lo de hoy no me lo esperaba…Pero era lo mejor. Romulo y Packie no se van a tocar el corazón si Joshua se mete en su camino. Al final creo que fue la forma más limpia de salvarlo…No puedo creer que todavía lo esté salvando…Vaya…con que así se siente el amor…

-Kandy hija ¿no vas a cenar? Hornee un pay por la mañana come aunque sea un poco.

La quemadura de la motocicleta de hace un rato me ardía bastante. Ese idiota de Packie me la iba a pagar. Bueno…La verdad no había nadie a quien culpar más que a mí. Me unte un poco de crema corporal y bajé a con Tempesta.

La fotografía que teníamos en la mesita ahora esta al centro de la mesa del comedor y Tempesta está sentada con una taza humeante de café y el pay al centro.

-No me vayas a sermonear ahora abu…

-Nada de sermonear. Sientate que vamos a hablar.

Con una mueca me senté a escuchar la interminable perorata de Tempesta acerca del amor, la felicidad, la unión y lo bonito que la habíamos pasado en aquel fin de semana. Si, muy rico y todo pero lo que Tempesta no entendía es que si algo no podía superar era la traición de esa persona ¿Por qué ella no entendía? ¿Cómo podía ser tan ciega? Enojada de escucharla le respondí.

-Escucha Abu ¿No te parece poco que me haya contagiado? Lo que te dije fue en serio. Ese idiota me contagio de algo. No estoy mintiendo, yo sé que lo tienes en un pedestal y que crees que es el hombre más maravilloso de la tierra pero no lo es…

-Pues si lo es… Por que un completo extraño logró enamorar a la fría, loca, atrabancada, terca y solitaria de Kandy. Ahora Kandy… ¿De veras no te ves en un espejo? ¿O no lo ves a él? Vino totalmente roto. Vino a humillarse enfrente de ti. Por que te extraña, por que a pesar de lo mal que lo has tratado vino hasta aquí a decirte “te amo”. Kandy. Dime sin mentirme cuantas veces le has sido infiel ¿4? ¿10? ¿No crees que quien realmente contagió a quien fuiste tú?

Por pura ira respondo lanzando la fotografía contra la pared haciendo que el marco de cristal estalle en mil pedazos.

-¿¡Cómo te atreves a poner en duda mi juicio abuela?! ¡Me lleva la mierda! ¡Ya te enveneno con sus mentiras! ¡Yo se perfectamente lo que hago y a quien le ofrezco mi cuerpo! ¡¿Tu crees que solamente el se merece todo lo que soy?! ¡El no puede con todo lo que yo soy! ¡Yo….!

Lanzo cosas sin pensar una y otra vez. Ese es mi estilo. Esa es mi forma de ser. Tempesta se levanta asustada para refugiarse en un rincón mientras tiro todo lo que encuentro.

-NO VUELVAS A MENCIONAR A ESE HIJO DE PUTA EN ESTA CASA. TE LO PENSABA DECIR DESPUÉS PERO AHORA ES UN EXCELENTE MOMENTO. EN CINCO DIAS ME LARGO DE ESTA MALDITA POCILGA. Y NO VAS A VOLVER A SABER DE MI.

¿Por qué estoy llorando?  Doy un par de pasos, pero a veces debo aceptar que soy demasiado tonta y sin darme cuenta piso un pedazo de vidrio y se me incrusta en el pie. El golpe se suma al mismo lado donde tengo la quemadura y me retuerzo en dolor.

El lamento que dejo salir es por mucho el único que en toda mi existencia daría. Gimo y me estremezco mientras el golpe más duro de realidad cae sobre mí. Estoy perdida.

-¡Mira lo que me hicieron abuela! ¡Mira cómo dejaron a tu muchachita! ¡Todo por que me enamoré….!

Tempesta camina muy lentamente hasta dónde estoy y con toda la torpeza de su edad se hinca para revisar mi pie.

-Ay mi chiquita…Vamos al hospital Kandy… Llamaré a–

-No…A el no… Te diré a quien llamar.

Joshua: Martes 7:45 AM

Ya pasaron 5 días desde mi ultimo intento de arreglar las cosas con Kandy. Para ser martes huelo más a whisky más de lo que debería cualquier oficinista de alto rango. Las ojeras tampoco me ayudan ni un poco. Es más estoy seguro de que de no ser por todas las influencias con las que cuento dentro del gobierno gracias a Natman estaría desempleado. El teléfono suena. Instintivamente corro desesperado.

-¿Joshua? Oye escucha. Sobre los papeles que enviaremos a Panama como garantías ¿Estas seguro de que incluya la clausula de estar Kandy presente para que sean validados?

Natman Rog. El hombre que terminó salvando a Joshua al final de su vida. Sinceramente no se que haría sin él.

-¿Joshua?- Dice Natman impaciente

-Si…Totalmente seguro- Al escucharme tan solo suspira fuertemente.

-Bueno, necesito que ambos vengan a firmar al banco por la tarde. No es un tramite muy largo pero…bueno derivado de lo que me has contado no se si será muy cómodo para ti. Bien podría falsificar tu firma cómo lo hemos estado manejando pero me gustaría que tuvieras toda la certeza de la operación. Es tu boleto a la libertad.

Ahora estaba muy cerca de acariciar el paraíso. Tenía dinero, identidades falsas. Una propiedad y sobre todo la estrategia bajo la mesa en cuanto Rómulo intentara jalar el gatillo. Faltaban preparativos pero eran nimiedades para alguien como Natman.

-Yo me encargo de contactarla.

-Bien. Entonces los espero al medio día.

Me di un baño. Lave mis dientes. Fue un poco extraño, pero recordé aquel curioso ritual que tenía cada vez que Kandy y yo teníamos una cita importante. Me ponía debajo de la camisa una camiseta de mi super héroe favorito “El héroe de las leyendas” y tal cual lo repetí, quizá podría invocar de nuevo a mi buena suerte.

Lo siguiente que pasara en el día sería una eternidad para mi. No fui a trabajar. Ordene todo. Cambié las poses de mis figuras. Todo lo que se me ocurrió hasta que a las 10 AM llamé a Kandy.

-¿Si diga?- Decía la voz de un hombre

-Lo siento número equivocado- Colgué de inmediato.

Remarqué. Seguro fue mi error. Si eso fue.

-Diga- Dijo de nuevo la voz.

-Que tal… Con Kandy Frenezeco- Dije dubitativo.

-¿Y quien la busca?- Dijo el hombre con un tono altanero

-Su socio.

Hubo un silencio y después de varios segundos escuché el sonido de pasos y de manera ininteligible se cruzaron varias palabras hasta que Kandy tomo la llamada.

-¿Qué quieres?

-A las doce en el banco central. Urgente.

-¿Y si no voy qué?- Dijo Kandy.

-No te voy a rogar Kandy. Esta es la última vez que nos vamos a ver…Es únicamente para firmar un contrato de confidencialidad que nos protege a ambos. Me voy a California…

Un silencio nuevamente.

-¿Kandy?-

Aun más silencio.

-¿Kandy estás ahí?-

Comienzo a perder la fe.

-No tengo más de una hora…”socio” Así que se puntual. Yo también tengo cosas que hacer.

De inmediato termina la llamada. Lo único que me queda es abrazar la bocina con el tono continuo de que la conversación ha concluido.

Ni si quiera esperé a que diera la hora. Me estacioné a un par de calles y esperé mientras fumaba de manera casi cronométrica un cigarrillo tras otro. Tome de la licorera fina que un día me regaló Kandy el whisky que me sobraba de días atrás y al final quince minutos antes entré al banco.

Los pasillos del banco me parecían monumentales, me sentía desorientado. Todas las personas del banco tenían el rostro de los clientes a quienes habíamos incluido en nuestra trampa. Me senté frente al escritorio de Natman mientras mi frente sudaba. Me ofreció un vaso con agua pero yo solo le pedí que porfavor trajera un poco más de whisky y con la mano temblorosa lo bebí de golpe.

Los pasos de Kandy haciendo eco eran como taladros. Los conocía. Eran esas zapatillas. Esa prisa. Esa ligereza.

-Ay Hola Natman. Disculpa la demora. Bueno ¿Qué hay que firmar? Es que me está esperando alguien allá afuera.

Me falta el aire. Ni si quiera puedo mover mi cuello para verla. Natman finge no pasar nada y señala las hojas mientras estoy sentado a un lado de ella, pareciendo invisible.

Las termina de firmar y casi al instante deja el bolígrafo en el escritorio.

-¿Te apuras?- Dice mirándome.

Estiro mi mano y me levanto inclinándome lo más que puedo para no verla. No puedo verla. No tengo la fuerza de verla.

No sé ni si quiera que firmo. Sin embargo una vez que Natman termina de señalar dejo el bolígrafo y me dejo caer sobre la silla.

-Bueno muchachos, pues un placer saludarlos. Con permiso.

Apenas escucho el primer paso de Kandy y me arrojo a sostener su brazo

-Oye…¿Estas bien?- Me dice.

No la miro. Tan solo tomo su brazo. Me aferro a el cómo si fuera un salvavidas en medio de una tormenta.

Natman nota lo que esta sucediendo y con sumo respeto dice.

-Les daré unos minutos. Solo…Recuerden que están en el banco porfavor. Mantengan la discreción.

Kandy: 3:10 PM

-Oye…¿Estas bien?-

Apesta a alcohol. A cigarro. A sudor. A colonia. Apesta a desesperación, a muerte, a rabia, a angustia, a dolor, a todo lo que jamás oli en un hombre.

-Si…- Responde desganado.

-Entonces… ¿Te importaría soltarme?

-Hueles mucho a perfume de hombre…-

Era obvio. Venía en la camioneta de Packie. Su respuesta me irritaba hasta el hartazgo. Justo hoy cuando el cuatro ojos de Romulo tenía listo el plan para destruir todo lo de Joshua. Justo hoy llamó. Justo hoy me volvió a demostrar que era insuperable.

-Eso no te incumbe. Oye… Aprovechando que tu ya te vas quería decirte que yo también. Hoy hare una fiesta de despedida en casa del departamento de mi novio. Si te interesa puedes ir, pero te anticipo que es un tipo de pocas pulgas y no va tolerar ningún desplante así.

Ah y también voy a pasar por un par de cosas a Cerberus antes de la fiesta así que podrías avisar.

Joshua me soltó. Pensé que lloraría pero no. Curiosamente solo se alejó un poco de mi

-Yo…Jamás te rompería el corazón… Y si…claro que iré… Solo respóndeme un par de cosas. Me interesa saber… ¿Se siente mejor con él? ¿Besa mejor? ¿Te hace que se te erice la piel?

¿Alguna vez has escuchado el rechinido de unas uñas contra una pizarra? O el de fierros oxidados siendo manipulados? Pues asi se siente cuando la persona que amas te pregunta algo que te desgarra el alma.

-¿Qué?-

-¡El me robo mi lugar, mi papel! De no ser por él… Tu crees que lo conoces… Pero tan si quiera por usar tanta locion seguro… Lo usa para disfrazar el olor de otra mujer.

Una cachetada. Otra más. Luego una última llego a mí.

-Ese no era el trato…- Dice Joshua

-No se te ocurra ponerme otra vez un dedo en toda tu puta vida cabrón-

Joshua comienza a caminar. Packie estaba afuera esperándome. Sin embargo si lo ve estoy seguro que lo va matar, Packie me lo había dicho, por la mañana apenas había logrado convencerlo de que me trajera al banco.

Si echaba a perder mi plan no solo Joshua iba a terminar muerto afuera de aquí si no que posiblemente yo también. El no podía salir antes que yo.

-Espera Joshua.

Me ignora totalmente.

-Joshua Savinto. Escuchame te estoy hablando.

Ignorada nuevamente. Es hora de jugármelo todo.

-Mi amor…Josh…¿Me vas a ignorar?-

Joshua me mira como si hubiera escuchado la peor blasfemia en su vida. Camina presuroso ante mi y a escasos centímetros me exhala con fuerza su fetido aliento.

-¿Qué quieres Kandy? ¿Ahora que? ¿Qué más quieres de mi? ¿Viste lo que firmaste? Es un indulto para que tu y yo desaparezcamos del mundo. Todas las cosas que hicimos a partir de este momento quedaron a nombre de personas que tienen más de cien años de muertas. Ensucié el nombre de muertos para salvarnos ¿¡Que mas quieres?! ¿¡No te parece que ya te fue suficiente?! ¿Qué quieres Kandy? Ya te di mi vida, mi dinero, mi trabajo, mis sueños, mi amor. ¿No te es suficiente? ¿Hay algo que no le sea suficiente a Kandy Frenezeco?

Casi me desplomo al escuchar lo que dijo.  Pero si flaqueo un poquito, lo voy a llevar a la tumba. Y ya decidí que no sería yo, eso será algún día la justicia divina.

-Solo…Hazme un último favor. Quedate 20 minutos más en el banco. No conmigo. Solo no salgas. Es por tu bien. Se feliz. ¿Me escuchaste? Por que si no me voy a encargar de ir a buscarte hasta el otro lado del mundo…

Joshua tan solo negó tres veces y luego apartándose a un lado me dijo:

-Cómo tu digas…

Salí mientras le daba la vuelta y sentía cómo una lagrima se escurría hasta mi labio. Corrí a abrazar a Packie. El acaricia mi cabello y me dice que si nos vamos. “Si…Lo más lejos posible de el” pensé.

Joshua 7:23 PM

La sensación de nausea me hace despertar y apenas logro atinar al cesto de basura que hay junto a mi escritorio. Ni si quiera se en que momento me quedé dormido en esta oficina. Este palacio vació.

Las oficinas de Cerberus fueron nuestro cuartel. Fueron la primavera donde nuestro amor florecio. Hoy son un gelido invierno dispuesto a convertirse en un eterno tempano de hielo. Mi vuelo sale a las 8:12 mañana. Será mejor volver a casa.

Hoy todo se derrumbó. Mientras acomodo los últimos papeles en mi portafolios miro la copia simplificada de lo que se firmó hoy en el banco. Kandy no tenía la costumbre de leer y eso es algo que agradecí hasta el día de hoy. Parte de los documentos firmados tenían una clausula que convenía nuestro matrimonio de manera implícita durante 99 años. Una especie de contrato prenupcial con la finalidad de que alguien un día quisiera abusar de Kandy. Era mi ultimo seguro. Para pasar por encima de Kandy iban a tener que pasar por mi y yo para su suerte ahora. Estaría muy muy lejos.

Cerré la oficina. Aquí no volvería jamás. Todo quedaba en manos de Natman quien en unos días mandaría a vandalizar el edificio aprovechando una de las fiestas nacionales.

Me dolía no despedirme de nadie. Titania. Johnny. Mi abuela. Nadie sabía nada de esto, pero era mejor no saberlo. Era mejor volverme un fantasma.

Los murmullos a lo lejos me hacen inevitable caminar en dirección opuesta a la salida. Me siento lo suficientemente ebrio para que se me dificulte el pensar.

-¿Quién anda ahí?- 

Analizo un poco mejor mis acciones y me escondo tras un archivero mientras intento escuchar.

Hay dos personas discutiendo. La discusión se escucha bastante subida de tono. ¿Qué esta pasando? Si pienso de manera objetiva no tiene ningún sentido meterme ya en lo que esté pasando aquí. Continuo mi camino en dirección a la salida.

Encuentro al viejo vigilante dormido con las piernas sobre el escritorio. Le pongo la mano en el hombro y despierta asustadísimo

-¡Señor! Pensé que ya solo quedaba la señorita Kandy en el edificio…Lo siento, de verdad, acabo de pestañear.

¿Qué? ¿Kandy esta aquí?

-No…No te preocupes. Descuida… Solo que creo que Morfeo anda suelto por el edificio…Yo también me quedé dormido.

El vigilante me mira incomodo.

-Nos vemos-

-Hasta luego señor…Da gusto de verlo de vez en cuando aquí.

Camino por el largo andador que daba a la puerta cuando escucho un golpe a lo lejos. Miro a todos lados. Ya esta oscuro, apenas las luces del andador ayudan a ver. No hay nadie más. Un golpe más y otro más. ¿Me estoy volviendo loco?

Miro hacia atrás y luego hacia arriba. La única luz encendida es la de dónde se encontraba la oficina de Kandy. Puedo ver su diminuta figura golpeando el vidrio con todas sus fuerzas.

¿Qué esta pasando?

Alguien jala a Kandy. Camino deprisa de vuelta al edificio.

Kandy 7:30 PM

-¡Sueltame pendejo!- Grito mientras intento zafar mi brazo de la mano de Packie. Es en vano es demasiado fuerte. Intento patearlo en los huevos. Tampoco tengo suerte.

-¡Ya basta perra! ¿Creiste que me iba a quedar conforme con que vinieras aquí por tus supuestas cosas? Ese es el cerdito no? Si lo tengo muy bien ubicado. Dejame decirte que te acabas de equivocar de la peor manera. De todos modos lo íbamos a matar hoy. Por que mi novia…No tiene socios…

No me queda mas remedio que morderlo con todas mis fuerzas hasta que siento como truena su piel y me empuja.

Mi cabeza se golpea con algo. Todo se pone negro.

Joshua 7:32PM

Para cuando llego al piso de la oficina al abrirse las puertas escucho un disparo. Luego otro más. Me refugio instintivamente.

-¿Josh?

-¿¡Kandy?!

-¡Ayudame Josh!-

Busco desesperado algo que me ayude a defenderme de lo que sea que esté sucediendo. Miro de un lado al otro. El estar borracho me hacer ver todo borroso. La sombrilla que esta junto a un escritorio es mi única arma.

Corro de inmediato me quedo a un costado de la pared. Estoy sudando frio. Mi respiración se siente muy pesada. Tengo muchas ganas de vomitar.

Miro hacia adentro con el rabillo del ojo. Dentro esta el cuerpo de un hombre tirado bocabajo y Kandy esta a su lado también. Entro con todas mis fuerzas para enterrar la punta del paraguas en la nuca del hombre. Creo que lo mate.

-Idiota ya estaba muerto…-

-Kandy mi amor ¿estás bien?-

-No… Joshua… Me pegué en la cabeza… No puedo ver. Apenas veo sombras. Tengo mucho miedo… Necesitamos irnos urgentemente de aquí. No hay tiempo para explicaciones.

Vomito. No es por la impresión, es producto del alcohol. Me limpio con la manga de la camisa. Empujo el cadáver que esta sobre Kandy y la miro. Sus ojos están totalmente desorientados. La siento y miro como en el piso hay un charco de sangre bastante denso así como su cabello empapado en sangre.

-Vas a estar bien Kandy… No tengas miedo…No…No… No pasa nada. Vamos a la enfermería. Llamaré a una ambulancia.

Kandy busca mi mano con las suyas.

-Josh…Vamonos. No podemos estar aquí. Vamonos. No importa ahora el hospital. Vámonos.

Pocas veces Kandy me habla con la determinación con la que escuchaba en sus palabras. La levante y le pedí tomar mi mano con fuerza. Algo que era verdad es que ni si quiera tenía la fuerza suficiente para cargarla. Apenas dabamos un par de pasos cuando Kandy se detiene.

-Espera… Llevate la pistola.

-Pero nunca he usado una.

-¡Apurate Joshua!

Me aturdo, busco el arma y la encuentro tirada a unos centímetros del hombre. Vuelvo a donde Kandy y la sujeto con mi otra mano. Apenas íbamos a mitad del pasillo cuando escucho disparos.

-Puta madre Joshua ya están adentro. Alguien escuchó. Vamos por las escaleras de emergencia.

Di mi vuelta a las escaleras. Camine tan rápido como pude cuidando los pasos de Kandy. Apenas bajaríamos dos escalones antes de que Kandy se torciera el tobillo. Sin cargarla esto iba a a ser imposible.

-Kandy…Tu sabes que yo iría hasta el fin del mundo por ti…Así que déjame demotrarte lo mucho que me importas.

La cabeza de Kandy se ve mas empapada en sangre. Si no hago algo pronto se va morir. Me quito la camisa y amarro las mangas alrededor de ella para hacer un vendaje.

-No te vas a morir mi amor. Ni ahora ni por esa estúpida enfermedad. Estamos juntos. Te lo prometí. No vamos a morir. Vamos a estar bien, no sé que está pasando pero vamos a salir de esto.

Kandy esta como en un trance. Se ve más palida, esta perdiendo el conocimiento. La beso y posteriormente aunque me parece una atrocidad presiono un poco la herida de su cabeza para hacerla volver por el dolor.

-Agarrate de mi cuello con todas tus fuerzas

Puedo sentir los brazos de Kandy temblando mientras bajo a toda velocidad las escaleras. Llego a la salida de emergencia. Apenas abro un poco la puerta cuando escucho el sonido de un disparo directo y perfora la lamina a centímetros de mí.

-Mierda Josh…Ya nos rodearon…

De inmediato como una bendición un recuerdo llega a mi y recuerdo que el estacioniamiento subterráneo contaba con un acceso desde las escaleras de emergencia. Ahí estaba mi auto.

Corro sin decir mi plan y Kandy apenas se agarra a mí con todas su fuerzas. Afortunadamente el estacionamiento esta vació de hampones. Abro la puerta para subir a Kandy. Se desmaya sobre el asiento.

-Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.

Brinco por encima. ¿Es un buen momento para un descapotable?

Enciendo el auto.

-Joooooooooshhhh…-

Coloco el cinturón de seguridad en Kandy y mientras lo hago una pequeña bolsa de polvo blanco sale de uno de sus bolsillos de su blusa.

-La única forma de que voy a justificar esta mierda en ti.

Saco un poco de el polvo y lo pongo sobre mi dedo y agito a Kandy con todas mis fuerzas

-¡Inhala!

Kandy hace lo posible y algo de este termina entrando a ella y de inmediato tose un poco.

-Ay carajo…Oye…Eso era para la fiesta…

Enciendo el auto. Era increíble que Kandy pudiera aún bromear. El siguiente paso era un hospital. Tan rápido como pudiera.

A esta hora las calles ya estaban vacias. Arranque a toda velocidad llevándome la pluma de control sin cuidado. Afuera había dos camionetas de color negras las cuales al notar mi explosiva salida encendieron sus luces.

Un hospital ¿dónde?

-Joosh…Yo te lo dije…La gente como yo…no vive mucho…-

-Callate Kandy. Ya casi lo logramos.

Cuatro disparos.  Acelero todavía más. Doy giros bruscos en las calles. Conduzco en sentido contrario sin pensar a dónde voy. Mis perseguidores se acercan con más ferocidad mientras los disparos no dejan de sonar.

Kandy tantea mientras se intenta desabrochar el cinturón

-¿Qué planeas hacer? No te muevas. Ya perdiste mucha sangre.

-Te voy enseñar a ser un cowboy de  ver…dad….-

Uno de los espejos laterales explota en pedazos por uno de los disparos. Escucho el ruido de sirenas acercándose. Esto se esta convirtiendo en un infierno. Dios. Ayudame.

Mi único objetivo hasta ahora es llegar al hospital de La Piedad pero estaba muy lejos. Actuo por instinto. Le doy la pistola a Kandy.

-Ahora te voy a enseñar…Por que…Tu siempre fuiste el número uno…Por el único que jalé el gatillo…-

Kandy gira su cuerpo de manera torpe y apuntando a la nada comienza a disparar sin parar.

-¡Basta Kandy! ¡No los provoques! ¡Guarda la munición!

Kandy esta riendo…

Varios clics terminan escuchándose anunciando que la munición se ha terminado. Kandy tira la pistola a la calle.

Kandy busca con su mano izquierda mi cuerpo

-Bebé…Creo que me voy a dormir…Tengo mucho sueño….

-No Kandy no te duermas….

-Beb…Bebé….Tengo mucho sueño…No me quiero dor….

Vidrios saltan por todos lados mientras las balas golpean el coche. Acelero sin control hasta que entro a la autopista que da a La Piedad y escucho el rechinido de llantas. Mis perseguidores en su estupidez han chocado y volcado.

-¡Kandy lo logramos!-

La mano de Kandy me suelta.

-Amor…No te duermas…

-Kandy…Sacudo a Kandy con una mano. Su cuerpo se escurre. El asiento tiene varias manchas de sangre. Le dispararon. Freno.

Kandy esta muerta. Kandy Frenezeco esta muerta.

Acelero de nuevo por pura ira. Quiero chocar. Quiero impactarme lo más fuerte que pueda contra lo que sea. Me quiero morir con Kandy. No puedo estar sin ella. Todo se acabó. Este infierno de sangre y balas me arrebato lo único que amaba.

Justo cuando estoy a punto de chocar contra un poste suelto el acelerador.

No puedo…

No pude…

Acomodé el cuerpo de Kandy de la forma más decente posible. Besé sus fríos labios una última vez. Y le pedí perdón.

Su héroe de las leyendas le había fallado.