¡Hola a todos! Les agradezco mucho hayan seguido a la espera del siguiente episodio de Kandy el cual les aseguro les dejará boquiabiertos; no puedo esperar a saber que les pareció. Recuerden que esta novela esta siendo escrita totalmente gratis para ustedes y que muy próximamente estaré dando más noticias de este gran proyecto.
Por ahora quisiera recordarles que ya esta a la venta mi tercer volumen de mi saga de ciencia ficción “Diario de los últimos días en la tierra” y que pueden conseguirlo en formato digital como físico con envíos a todo el mundo. Los links los pueden encontrar en mi linktree, instagram, facebook y en la sección de mis publicaciones.
Ahora sin más por el momento les dejo con este increíble capítulo
Disfruten el viaje.
Episodio VIII: In vino veritas
— En serio no sabes lo mucho que tienes que saber.
—Hey…Despierta ya…
Siento cómo alguien intenta sacudirme con cierta gentileza de mi letargo y entro en un estado de dolor y fatiga como si estuviera siendo drenada mi alma.
Exhalo. Miro a mi izquierda y veo a Diana, quien me deja encima del abdomen un periódico y se aleja para sentarse en una pequeña silla de madera que esta en una esquina de la habitación.
Tomo el periódico extrañado por la reacción de mi cuidadora. Los encabezados me hablan por si sola la situación.
“La tragedia en el Despertar”
La noticia narraba el multihomicidio de la familia Samoada a manos de hampones quienes habían irrumpido en la fiesta de cumpleaños del hijo del detective de la policía dejando un saldo de 25 personas sin vida entre ellos la esposa del elemento policiaco y su hijo.
— Mierda. – Exclame mientras intentaba mover las piernas para tratar de reincorporarme
—Entrégate. Es lo mejor, ya metiste a mucha gente en problemas. Tu abogado ya salió en televisión tratando de desmentir lo que pasó. Titania esta castigada por 6 meses sin mesada y sin salidas. De no ser porque tuvo la precaución de dejarme algo de dinero no tendrías ni como pagarme todo lo que he hecho.
Honestamente no quiero saber nada de tu vida, pero… ¿Vale la pena? ¿arriesgar todo por dinero? Si no quieres responder estas en tu derecho, pero el hecho de mirarte así de miserable me hace pensar ¿Por qué?
— En verdad te lo agradezco…Literalmente te debo la vida. Y respecto de tu pregunta, créeme que muy tarde me di cuenta que no. Pero no he hecho todo esto por nada. Hay mucho detrás de esto que nadie nunca entenderá.
-¿tu crees que estoy haciendo esto por ti Joshua? Estas mas equivocado de lo que pensé. Te lo diré así de fácil, lo estoy haciendo por que estes lo más lejos posible de la gente que amo. Tu te vas a morir y eso creo que lo sabes muy claramente. Eres un fugitivo, con una herida de bala y que además ya comprometió la seguridad nacional. No hay castigo en vida que puedas hacer para limpiar tus crímenes así que cuando llegues a la persona indicada, si no es mientras huyes, si llegas a caer en manos del gobierno, te van a torturar, a juzgar de la peor manera y entonces, si vas a morir.
Tenia razón. Yo ya había hecho demasiado daño al mundo al final, tampoco podía fingir que mis últimos días de toda esta estafa son suficiente para enmendar todo el daño que le hice a las primeras empresas que quebraron cuando les dijimos que tardaríamos más en devolver los intereses y dividendos que con tanta confianza nos habían dado.
—Pues ya llegará alguien que pueda juzgarme y ponerme fin de la manera que merezco ¿no?
Me senté y desconecté con precaución la manguera de mi brazo que en el otro extremo colgaba de un suero que estaba a punto de terminarse.
— No forces mucho esa sutura. Fue lo mejor que pude hacer, acércate voy a darte una última cosa.
Me levante pese al mareo que aún tenía y ella con prisa se acerca a mí y me da un par de billetes, un grueso abrigo de lana y un pequeño frasco de cristal de color ámbar con varias píldoras dentro.
—Esto es analgésico de uso veterinario para caballos; fue lo único que pude conseguir para una herida como la que tienes, no sé si pueda producir algún efecto secundario, pero de lo contrario no habría posibilidad de que aguantes más de veinte pasos sin caer agonizando, ya te suministre la primera dosis por el suero…Solo te estoy dando esto para que puedas entregarte, pero en verdad, elige sabiamente tus pasos Joshua. Ya no te quedan muchos por andar. —
Salí sin decir nada más, el día era nublado. Tan nublado como nunca lo había visto. Las copas de los árboles se mecían violentamente mientras podía sentir unas ligeras lloviznas sobre mi cara.
No tenía ni idea de que hora era pero podía discernir que pasaba del medio día. Quizá entre las tres o cuatro de la tarde. Apenas tenía un par de horas antes de que se oscureciera.
Ahora bien, Titania había logrado la tarea que tanto necesitaba. Era un poco frío, pero Titania era solo una llave para una clave de instrucciones que había dejado explícitamente en caso de emergencia. Su sola presentación implicaría el envío de varios correos electrónicos, llamadas, contratos y una serie de procesos que evitarían a toda costa que lo que Kandy y yo habíamos hecho terminara hecho un desastre.
Pero ahora Kandy no estaba, tampoco estaría yo muy seguramente en algunas horas. Debo admitir que sentía pena por la muerte de la familia del detective, no era algo que imaginé pudiera suceder, pero tampoco imaginaba que nada de esto terminara de esta forma, para mí lo peor que podía pasar era terminar tras las rejas por fraude mientras Kandy huía en algún jet privado a algún país sin tratado de extradición para poder salvarla a ella.
El dolor era agudo y fijo, sentía como de mi espalda baja irradiaba un calor acompañado de un ardor que no me dejaba respirar. El frío del aire helaba mi rostro mientras intentaba ubicar en que parte de Mirabille me encontraba.
¿A dónde voy?
Caminé hasta una parada de autobús y con pesadez me senté en ella para abrir el pequeño frasco para tomar una de las píldoras que me había dado Diana, tan solo habían 5, ni si quiera sabía cuando debía de tomarlas, pero debía ser inteligente para usarlas tanto como debiera.
Si las cosas habían empezado a funcionar tras aquel incidente con Rómulo ahora mismo Natman Rog debía estar agilizando todo el plan de contención en contra de Rómulo; y es que Rómulo tenía un plan que yo no quería y ese era el de arruinar mi felicidad con Kandy ya que si el dinero dejaba de tener valor en el mundo, básicamente todo lo que habíamos hecho los dos se iría a la basura y el único gran ganador de esto habría sido Romulo ya que Raziel había quedado descartado hacía un par de meses atrás por un grave error de Kandy.
Si bien mi estrategia consistia en falsificar documentación de Rómulo para congelar sus activos y emitir documentos financieros falsos que señalaran a las empresas y organizaciones en las cuales Rómulo tenía fuertes cantidades de dinero invertidas cómo ciertos aspectos negativos de las empresas y finalmente reportarlo ante el gobierno por duplicidad de identidad y uso de prestanombres, esto solo me ganaría unos cuantos días antes de que Rómulo pusiera en marcha su maquinaria de dinero y poder para arreglar lo que había hecho, el enroque solo era una jugada en este tablero financiero.
- ¿Ahora a dónde debo ir amor?
Pregunté al aire mientras mi mirada se tornaba borrosa.
-Ay por Dios si tú eres el cerebrito, me extraña que me estés preguntando ¿Tu qué crees?
Por un momento mi corazón se detuvo mientras mirando a mi lado podía ver vagamente la silueta de Kandy.
Genial… Lo único que me faltaba… Comenzar a alucinar. Aunque no me parecía nada irracional teniendo en cuenta la clase de medicamento que me habían suministrado.
Medité durante varios segundos a dónde debía de dirigirme. La parada de autobús marcaba que estaba cerca del centro de Mirabille. Ahora bien, podría dirigirme a la casa de Johnny, pero estaba casi seguro que estaría siendo monitoreada por la policía y el volver a mi apartamento era una completa locura.
-Piensa Joshua…Piensa…-
-No puedo creerlo, voy a tener que ayudarte hasta estando muerta… Bebé, la mocosa idiota engreída del secretario de finanzas ¿ya lo olvidaste?
Era verdad, la hija del secretario de finanzas. Magdalena Liberiganto. La única que podía ayudarme curiosamente había sido la pieza que había entorpecido nuestros planes para llegar a José Liberiganto, su padre; pues cuando Kandy comenzó a acercarse a él para interesarse en nuestros planes financieros sospechó de inmediato y comenzó a investigar quienes éramos y todo acerca de nosotros con la premisa de evitar un impacto ambiental mayor en las industrias dentro del país, a mi parecer una estupidez pensar que algo como el calentamiento global exista pero siempre existen ese tipo de personas supersticiosas que creen que el mundo se va a acabar.
-¿Pero cómo podemos contactarla? Ya no tengo tanto tiempo Kandy… Si me atrapan estoy jodido… Aún tengo algo importante que hacer.
-Y si no dejas de lloriquear menos tiempo te va quedar así que mejor apresurate Josh…
Seguro era una locura verme hablarle al aire, pero había algo que me reconfortaba de escuchar en mi conciencia la voz de Kandy al menos una última vez. Así que lo único que se me ocurría era recurrir a Titania, pero esta vez de una forma diferente. Johnny ya estaría demasiado ocupado tratando de ganar que no me ejecutaran así que por el momento mi jugada más inteligente era buscar a Titania e intentar pedirle que me ayude a conseguir el teléfono de la residencia de los Liberiganto; ahora el único pendiente era buscar la excusa ideal para hablar con ella, pero por lo pronto mi destino era acercarme al colegio de Titania, un lugar en el que estoy seguro no me buscaría nadie.
Conocía vagamente la ciudad sin embargo tenía la esperanza de que mi caminata de no más de 5 kilometros fuera suficiente para llegar allí; aunque algo era seguro. Tendría que pasar mi noche en las calles de la ciudad, no estaba en posición de pagar un hospedaje y tampoco estaba seguro de que mi condición me permitiera moverme por mucho tiempo y quedarme varado en un hotel me aseguraría tal vez una muerte patética para lo que tenía pendiente por hacer.
-Sabes Kandy…No entiendo… ¿Qué pasó? ¿En qué momento nuestros sueños se volvieron pesadillas? Después de aquella vez Con Rómulo tu cambiaste… bueno… ambos cambiamos…
-¿Necesito repetirte lo que sucedió? SI TU NO HUBIERAS BUSCADO VERME LA CARA TODO ESTO NO HUBIERA PASADO.
-Pero es que Kandy yo jamás…
-Nada de jamás Joshua. Te lo advertí y tu cruzaste esa línea…
El viento frio helaba mis manos mientras las gotas de lluvia caían pesadas y sin cesar. Era un fantasma caminando junto a otro bajo la lluvia. Una lluvia que intentaba enjuagara la culpa de mis actos, por eso estaba intentando hacer lo último que me quedaba. Frenar a Rómulo.
A las dos semanas de lo sucedido entre Romulo, Kandy y yo perdí todo contacto con ella fuera del trabajo, tan solo nos veíamos en las oficinas cada tercer día, explicábamos nuestros avances con Raziel quien estaba más que complacido por nuestro éxito y nos impulsaba a lograr nuestro objetivo. Llegar al billón de dólares, una vez recolectado ese monto Raziel repartiría el dinero y desapareceríamos de la vida de cada uno.
Pero algo en mí comenzó a suceder, primero fue una fatiga extraña acompañado de algo que no sabía ni si quiera como comunicar y era el ardor al orinar que me acompañaba a todos lados. El sexo con Kandy había pasado a un segundo plano, era inexistente, ni si quiera había un beso de despedida y eso a mí me partía en mil pedazos, era cómo experimentar una lenta asfixia a diario.
Oír el paso de sus tacones, el olor de su perfume, el sonido de su risa al llegar, todo me parecía una tortura sumamente pesada y agonizante. La veía pasar, la miraba desfilar de largo frente a mis ojos, lanzar al cesto de basura los regalos que cuidadosamente dejaba sobre su escritorio, romper en pedazos los dibujos que me gastaba toda la noche haciendo para ella del héroe de las leyendas y su princesa cómo si fuéramos nosotros dos. Para Kandy yo era el fantasma que es ahora ella para mí. Para Kandy yo había pasado a ser lo que Raziel había pedido que fuera. Su compañero de trabajo.
Una mañana finalmente me fue imposible ir al trabajo, el dolor en los testículos era exasperante, cómo si me patearan a cada segundo, el ardor y las secreciones que salían eran como una pesadilla latente. Desconsolado no me quedó más remedio que ir al médico.
Me reporté enfermo a la oficina, asustado por todo lo que pasaba a mi alrededor por primera vez desde que empecé a trabajar en Cerberus y en nuestra cuantiosa operación me encontraba solo. Tan solo como había estado antes de conocer a Kandy.
Afortunadamente tenía el dinero para atenderme en el hospital más lujoso y moderno de Mirabille. Tras todo un día de análisis y chequeos para la tarde estaba sentado en la sala de espera de un medico especialista mientras miraba desfilar a varias caras conocidas por el hospital. Caras de políticos, artistas, empresarios y otros que ya no me deslumbraban ahora que mi vida era una rodeado de una ficticia riqueza.
-Señor Joshua Savinto. Tome asiento- Me decía el regordete medico de mediana edad mientras se acomodaba los anteojos y suspiraba.
-¿Qué pasa doctor? ¿Es grave? – Pregunte desangelado mientras presionaba mis puños
-Primeramente, debería aconsejarle que si va tener…pues… usted sabe, relaciones con señoritas que se dediquen al oficio más viejo del mundo, utilice los cuidados pertinentes ¿me entiende?
-¿Qué? – Respondí totalmente confundido
-Que si va tener relaciones con prostitutas le aconsejo utilizar preservativos. Se que no son cómodos y no se sienten lo mismo, pero…Es lo mejor para… Un futuro al menos a corto plazo, de lo contrario esa gonorrea y sífilis que ha contraído no va mejorar. Sin embargo… Hay algo más serio que tengo que discutir con usted…
El medico comenzó a explicarme con las palabras más selectas que mi organismo se notaba una disminución de glóbulos blancos, entre otros niveles poco frecuente y que a menos de que hubiera cáncer en mi cuerpo había una sospecha de una enfermedad más oscura sin embargo, que Mirabille no contaba aún con la tecnología para asegurar el diagnóstico y debían enviar las muestras a Estados Unidos de América para confirmar el diagnostico.
Sentí mi corazón hundirse hasta mi espina cuando escuché sus palabras. Tan solo me quedé ahí sentado y suspiré. Yo no tenía relaciones con ninguna prostituta, yo no tenía relaciones con nadie más, yo no tenía ninguna intención con nadie más en el mundo que con Kandy.
Y eso solo significaba una cosa. Si el diagnostico era malo para mí. Lo era para Kandy también.
-¿Cuándo se podría tener los resultados doctor? ¿Es necesario que se practique los mismos análisis mi novia?
El doctor levantó las cejas con una expresión que me decía un “¿Y qué más da? ” sin embargo, aconsejó que lo mejor era esperar a ver mi interpretación por parte del laboratorio especializado y esperar tres días a que estuvieran de vuelta los resultados.
Salí del consultorio aterrado, mi cuerpo temblaba, mi cabeza era un espiral de emociones, sentía como si mis pies tuvieran unos pesados zapatos de concreto. Incluso recuerdo vagamente que alguien me saludó de vuelta al estacionamiento, pero no logro recordar la cara de aquel hombre. Seguramente otro pobre estafado.
Conduje en silencio de vuelta a casa. Recuerdo que vi a Titania llegando y decidí esperar. No tenía rostro para verla ahora, me sentía el hombre más sucio y peligroso del mundo ¿Y si era contagioso? ¿Si al compartir alguna bebida había contagiado a más personas? ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué justo ahora me pasaba a mí? ¿Era un castigo divino por lo que estábamos haciendo?
Entre al departamento y me tumbé en el sofá y me recosté a llorar mientras dejaba la música a todo volumen para que nadie escuchara mis sollozos. Para cuando desperté la luz de la luna se colaba por la cortina entreabierta y miraba frente a mí las piernas cruzadas de la última persona que quería ver ahora en el mundo.
-Ka…¿Kandy?
-¿Y a quien esperabas tonto? ¿A la princesa del héroe de las leyendas? Es obvio que soy yo. No has ido en dos días al trabajo, necesitaba asegurarme que no estabas muerto.
¿Dos días? ¿Cómo era posible que me hubiera dormido un día entero? Algo estaba más mal de lo que pensé.
-Escucha Kandy…Creo…Que no es un buen momento para hablar, creo que tengo una infección en el estómago un poco fuerte y necesito descansar. Te importaría si vemos lo del trabajo en un par de días más, sé que estamos en la recta final y hay mucho que pensar, pero si necesitas algo más puedes apoyarte de Raziel, estoy seguro que el puede descifrar lo mismo que yo…
-¿Y quién dijo que vine a hablar de ese idiota? Vine a hablar contigo de lo que involucra a Joshua y a Kandy. Quiero escuchar lo que tengas que decir.
¿Me estaba dando una oportunidad? No había pretendido mentirle, pero aún no estaba listo para hablar de toda la situación, primero necesitaba hablar con Kandy, explicarle que jamás la hubiera traicionado con Rómulo, que sus planes eran más ambiciosos, que podríamos explotar esto mucho más si éramos inteligentes y también robábamos a Rómulo.
-Escucha Kandy, quiero que sepas que te amo que…
-Ah ah ah… nada de amor…Primero el dinero, primero quiero que me hables del dinero. Dime la verdad ¿Estás haciendo tratos con ese idiota?
Suspiré. Escuche un clic, mire instintivamente a Kandy. En su mano había un pequeño revolver, sin embargo, no lo estaba apuntando a mí, tan solo lo sostenía fríamente recordándome que efectivamente. No estábamos hablando de amor.
-No hay necesidad de eso Kandy…Ni si quiera sé por qué tengo que decírtelo, jamás podría traicionarte, yo te prometí que íbamos a lograr esto juntos y no habría nadie más con quien quisiera compartir este plan…Y aunque Raziel me pidió que no me enamorara de ti, y aunque me digas que no hable de amor. Esta es la única forma de decirte la verdad, mi verdad y la única verdad…-
Kandy tira el revolver y se lanza sobre mí cómo poseída y comienza a besarme. Sin embargo a comparación de la última vez que me besó siento los besos de mi Kandy, de la Kandy que amaba, de la que era mía en secrecía, de esa mujer divertida, autentica, risueña, altiva, eran los besos de la mujer de quien me enamore.
Era una mezcla del cielo y el infierno al mismo tiempo ¿la había recuperado? ¿Pero justo ahora que me encontraba en el momento más imposible de la intimidad? Sabía que rechazar su cuerpo sería firmar la sentencia de que no le era fiel, de que ocultaba algo. Sin embargo, mientras estaba siendo embriagado por la pasión de Kandy, quise tener fe, quise tener la fe de que todo estaría bien.
Nos amamos como la primera vez. Desnudé a Kandy cómo un niño abriendo su primer regalo de cumpleaños que recordara. Miré a ese cuerpo pequeño, frágil, delgado. Memoricé cada lunar, recorrí con mi lengua esas pequeñas orejas, sentí el vaho de su aliento por mi cuello. Acaricie su espalda, recorrí las marcadas vertebras de su espalda, su piel aterciopelada, esos muslos finos, esos dedos de los pies largos y delgados. La calidez de su entrepierna, esa forma tan curiosa de erizarse al sentirme dentro, esa intensidad de sus uñas clavándose en mis hombros al subir la intensidad. Sabía que estaba haciendo algo malo, pero tampoco podía negar que tan solo había necesitado de una palabra de su boca para salvar mi mundo. Sabía que pasara lo que pasara tenía la forma de arreglar las cosas, tenía dinero, influencias, tan solo había cruzado los dedos para lo único que en esta vida no podía comprar. Tiempo.
A la mañana siguiente, despertamos en un abrazo tierno, acaricié su cabello. Mis malestares no se habían ido a ningún lado, el dolor de mis genitales continuaba, sin embargo, intenté fingir lo mejor que pude y mientras Kandy se paseaba desnuda por el departamento con libertad me dijo:
-¿Y bien? ¿Dónde está tu medicina bombón? Voy a mimarte hasta que estés sanito y bonito-
Enmudecí. Ni si quiera había tenido aún la prescripción del médico, pero hoy debía tener los resultados. Ahora tenía un problema más.
-Ehm…Era un antibiótico nuevo y el doctor me dijo que pasara al consultorio hoy por el, ya sabes, esos idiotas americanos nos están invadiendo con sus nuevos medicamentos. No te preocupes amor, más tarde pasaré por él.
-ah no, nada de eso, yo manejo y vamos por él. Quiero saber que estás bien
No importó cuanto trate de excusar con la cita tan importante que había con José Liberiganto, Kandy me puso como prioridad y así me llevó hasta el hospital para posteriormente entrar conmigo al consultorio.
El medico lejos de asustarse parecía sumamente divertido con la situación y esbozando una tenue sonrisa sarcástica nos pidió sentarnos. Kandy no esperó para hablar:
-¿Ya tiene el medicamento doctor? ¿En cuánto tiempo estará bien mi esposo? Bueno es mi novio, pero ya estamos muy acaramelados ¿O no bebé? – Dijo mirándome y dándome un beso en la mejilla
El doctor me lanzó una mirada fulminante y tan solo anotó en una receta varios medicamentos y tragando saliva dijo.
-Esto debería ser suficiente para los dos. Aquí vienen las horas a las que deben tomarlos y de ser posible abstenerse de tener relaciones sexuales.
Kandy me miró sumamente extrañada
-¿Por una infección estomacal doctor? Discúlpeme pero yo soy muy limpia jamás tenemos sexo anal, no entiendo por qué no podríamos hacer el amor-
El doctor aclaró su garganta y mirándome con un desprecio inigualable dijo;
-Es que es una infección un poco…”contagiosa” usted sabe, a veces van del estómago a la boca y bueno…Solo atiendan a mi recomendación. Ahora si bien me permite me gustaría tener unas palabras a solas con el paciente, es una cuestión de protocolo del hospital. Espero que pueda entender que somos un lugar que tiene especial cuidado con nuestros pacientes derivado del sector al que nos dirigimos. Le pido espere afuera tan solo serán unos segundos.
Kandy se miraba desconfiada e irritada y lo entendía, el medico había dado una mentira tan mala que ni siquiera yo lo había creído. Tampoco el hecho de que nos quedáramos a solas era algo que me diera una buena noticia. Se acercaba algo que ni si quiera podía imaginar.
Ya a solas el medico extendió a mí un sobre de color blanco el cual contenía una carta escrita en inglés con un montón de números y hasta abajo la frase
Diagnostic: HIV POSITIVE
El medico me explico brevemente. Era una enfermedad recientemente descubierta incurable. La esperanza de vida no era buena y era altamente transmisible por vía sexual por lo que era un hecho que si había tenido sexo con Kandy sin preservativo la había contagiado.
Quería romper todo el consultorio, quería lanzar las sillas, destruir el finísimo escritorio de caoba que nos separaba, quería arrancarme las ropas, quería llorar, quería gritar, quería cambiar de cuerpo, y sin embargo no tenía ni si quiera la oportunidad de decirle a Kandy lo que estaba pasando.
El médico con una mueca concluyó.
-Sea valiente señor Savinto, tarde o temprano la verdad saldrá, acompáñense en esta dura etapa y acepten las cosas…Lamento no poder ayudarles, en unos días le haré llegar a su dirección una guía de cuidados para los meses siguientes que no serán fáciles. Lamentablemente el hospital aún no cuenta con un área para pacientes como ustedes, sin embargo podemos hacerles llegar los medicamentos si su aseguradora cuenta con las sumas necesarias para cubrirlos.
Salí del consultorio sin decir nada, sin embargo mi único error fue que en la transición de salir no había soltado la hoja de los resultados y Kandy de inmediato la tomo de mis manos al salir.
-¿Qué es esto Joshua? ¿por qué está en inglés?
La miré perplejo, tan solo le dije que eran los análisis que me habían hecho y que pasáramos a la farmacia por los medicamentos. Kandy me miraba extrañada sin embargo contenía una extraña calma. Aún llegados al departamento me hizo de comer una pasta y comimos en una tensión tan grande que era cómo estar sumergido bajo el agua.
Apenas terminados los dos de comer Kandy se levantó y mientras estaba absorto en mis pensamientos azotó sobre la mesa la hoja:
-Ahorita mismo me vas a decir que es esta hoja cabrón…Que carajos te dijo el doctor para que salieras así.
Todo se había arruinado.
Todo se terminó.
No tenía a dónde ir.
-¡Habla Joshua! ¡Que tienes que decirme!
Le expliqué a Kandy con la mayor simpleza que pude tal cómo me lo había dicho el medico. Tampoco era que yo entendiera mucho de lo que estaba pasando. Por única vez vi los ojos de Kandy tornarse acuosos y negó con la cabeza tres veces.
-No lo puedo creer… De todos tuviste que ser tú…
¿Cómo podía haber sido yo? ¡Yo era inocente!
-Escucha Kandy—antes de que pudiera si quiera terminar la frase, Kandy camina rápidamente a la entrada para tomar del perchero su bolso y salir rápidamente. Ahí me quedé; con mi sentencia de muerte, con el aroma de una pasta casera, con dos platos sucios aún con los restos de lo que era una comida de reconciliación, con el punto de inflexión de la vida de dos personas y un mismo destino, uno que no era el felices para siempre.
La pesada lluvia había empapado ya por completo el abrigo de lana que ahora me parecía una pesa tan larga como la de todas las personas que posteriormente se vieron involucradas en los sucesos que desencadeno esta noticia.
Me encontraba ya a metros de la escuela cuando mientras buscaba donde refugiarme de un Cadillac con los vidrios polarizados que se encontraba estacionado en la acera bajo levemente la ventanilla y la voz de Giussepe, la pareja de Johnny me dice con miedo:
-Subete rápido, apresurate-
Ni si quiera lo dudo. Apenas tomo la manija de la puerta y me subo. El olor a cigarrillo era tan intenso que apenas y se podía tolerar. Estaba empapado de pies a cabeza, el dolor me asfixiaba tanto cómo el humo del cigarro
-Creo que voy a mojar tu asiento Giussepe… Lo siento
Apenas miro hacia el frente cuando noto que Johnny se encuentra en el asiento del conductor con la cabeza pegada al volante.
-Johnny…- Dije mientras me acomodaba y estiraba un poco los pies para acomodarme.
-¡Eres un pendejo! ¡Estoy harto de salvarte el culo! ¡Ya entrégate! ¡Ya basta Joshua! ¡¿Qué estás esperando? ! ¡¿Qué te maten a balazos? ! ¡Acepta tus crímenes! ¡Ya no sé qué más hacer por ti! ¡Estas involucrando a una niña ¿no te das cuenta? A una niña que además está enamorada de tí! .. . Ahora…Tienes VIH… ¿Cuándo pensabas decirme? ¿Cuántos secretos más hay bocinita? Ya basta…-
Al terminar esta frase se quiebra en un llanto doloroso que no me deja duda de lo cansado que está de todo esto. Hay un silencio mientras suspiro. Era verdad, ya no podía huir más, incluso no tenía sentido ¿Por qué había estado huyendo? Ya no tenía el amor de Kandy. Ya no tenía un futuro prometedor, ya no tenía salud, ya no tenía esencialmente nada. Daría igual pasar mis últimos días en una celda.
Johnny enciende el auto y mientras se limpia las lágrimas y la nariz me dice -Te voy a llevar directo a la dirección general de justicia de Mirabille. Entrégate ahí. Intentaré sobornar a la gente que pueda para que tu condena sea breve…Al menos antes de tu ejecución…Dudo mucho poder salvarte…Después de tu caso voy a renunciar. Volveré al pueblo e intentaré cuidar de tu abuela…Es lo único que puedo hacer por ti Joshua. Tómalo como una última forma de decirte lo mucho que te quise.
-Esta vez metiste muy duro la pata Josh… Todo por tu maldita culpa de haberte metido con esas putas ¿En serio mi cariño no te fue suficiente? – Decía aquel fantasma borroso de Kandy quien se encontraba a mi lado.
Tan solo me reí irónicamente.
-¿¡Te parece gracioso pendejo? ! Dijo Giussepe furioso mientras daba un puñetazo al tablero del auto y después consolaba a Johnny poniendo la mano en su espalda.
-No Johnny… Aún no. Entiendo si no me quieres ayudar, pero aún no me lleves. Necesito hacer una última cosa. Después de eso te juro que no diré nada más si me quieres entregar o delatarme, pero necesito frenar a Rómulo, es mi único acto de expiación por todo lo malo que hice. Por todos los muertos que han brotado de esta locura.
-Johnny arranca. No tienes por qué escucharlo, lo encontramos tal como dijiste. Mi amor tú me dijiste que si te acompañaba en esto me harías caso.
La risa de Kandy resuena en mi mente -Ay Josh, mírate; tienes a todos en un mar de llanto, enojo, furia, decepción. ¿No crees que todos merecemos un descanso? Nos llevas en esta historia como una montaña rusa, nos subes, nos bajas, nos mantienes al borde de un abismo y todo pareciera que fuera por tu única satisfacción…
-Espera Johnny- Dije -Te prometo decirte toda la verdad. La gran verdad. Si después de escucharme decides entregarme no me voy a oponer…Pero si después de escucharme decides ayudarme quiero que por favor cumplas con lo que acabas de decir. Cuida a mi abuela Selene, ella no merecía la tristeza que le estoy generando.
Hubo varios segundos de silencio. -Nada más ahórrate los putos detalles que siempre nos estás llenando de detalles innecesarios-
Expliqué cómo Rómulo planeaba romper los mercados financieros y cómo la única clave para frenar esto había estado en avisar a Natman Rog con la presencia de Titania y que ahora mi última oportunidad de evitar salirse con la suya y que las cosas terminaran mal para todo el mundo era utilizar a la hija del secretario de finanzas para intentar evidenciar lo que estaba por suceder y encima de todo alertar a su padre, quien buscaba a toda costa la candidatura a la presidencia de Mirabille y este sería el pretexto perfecto de él por su posición para quedar como un paladín de la justicia y el cuidado del gobierno.
-Es obvio que no te van a creer Josh- Dijo Kandy
Eso estaba por verse. Pensé.
-¿Y para que necesitas a Titania? – Dijo Johnny
-Porque ella es la única que puede acceder a la información de los documentos de Magdalena Liberiganto, ella estudió aquí hace algunos años, su expediente debía seguir aquí. Obtener su dirección, teléfono, algo que le haga entender que vamos en serio. Ella aún no están en el ojo del huracán como Johnny o yo. Ella puede disimular ¿Acaso no viste lo que hizo en el pueblo? –
Johnny dio una pequeña risa sarcástica
-¿Lo del pueblo? Eso no fue nada amiga, la maldita chamaquita secuestro a dos monjas y les robó los hábitos para disimularse, es una jodida delincuente en potencia junto con su amiga, mira si a mí me lo preguntas esta idea es pésima, pero esto es lo más cercano a lo que recuerdo de mi verdadero amigo así que es la última vez que te ayudo. Hagamos esto. Esperemos al día de mañana que es lunes por que por lo que me doy cuenta no tienes ni puta idea de que día es hoy. Por lo pronto nosotros vamos a dejarte aquí en el coche. Giussepe y yo nos iremos a casa y volveremos aquí a las 6 AM. En el piso hay un bolso con comida, agua y un cambio de ropas. Si puedes hazlo durante la madrugada…Pero antes ¿Crees soportar? Dime la verdad Joshua tienes un disparo en el riñón, deberías de estar en un hospital.
Sentí un peso menos en mi cuerpo por un instante mientras agradecía a la vida esta última oportunidad de resarcir mis pecados. Le expliqué que tenía los analgésicos que me había dado Diana y tras solo suspirar y disentir ambos bajaron del auto y me dejaron con el fantasma de Kandy.
De la bolsa saqué una hamburguesa fría y unas papas fritas tiesas.
-Tu no cambias Joshua…Hasta el final de los momentos haciéndote el héroe… Ojalá hubieras hecho lo mismo por mí- Decía el fantasma de Kandy quien podía jurar se había vuelto más definido y ahora podía ver parte de su rostro el cual tenía el maquillaje escurrido como si hubiera llorado. Tal cómo estaba la última vez que la vi con vida.
-Lo hice, hice todo lo que pude por alejarte de todo lo malo que hiciste, pero jamás me escuchaste Kandy-
La realidad es que Kandy después de aquella fatídica noticia enloqueció. Su primera locura fue aquella tarde que me llamó por teléfono y me citó en aquel lujosísimo hotel de La Piedad. Manejé tan aprisa cómo pude. Hacía una semana que no sabía nada de ella así que cómo un bólido llegue y aparque el coche.
Lo que me esperaba no era nada más que el inicio del caos. El inicio de la ruleta rusa llamada Kandy.