Un tal Simón
marzo 11, 2024
La voz de mi alma
marzo 11, 2024
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Kandy la saga -Episodio VII-

Hola que tal mis queridos lectores, se que muchos de ustedes habían estado esperando ya para el siguiente episodio de Kandy, pero quise compartirles antes el cuento de “la voz de mi alma”que es una historia en la que quise aventurarme en un nuevo género ¿Que les pareció? Si no han tenido oportunidad de leerla los invito a que también le den un vistazo, estoy seguro que les encantará tanto como Kandy.

Sin más por el momento les agradezco mucho la paciencia y el amor que le han tenido a esta Saga y que sepan que siempre estoy viendo sus likes, comentarios y mensajes en mis redes sociales y que si les gusto los compartan con sus amigos o en sus redes sociales para que más personas conozcan de esta extraordinaria saga a la que le he puesto cuerpo y alma

Sin mas que agregar, los dejo leer este episodio.

Disfruten el viaje

Episodio VII:Operación 7174

Un mal amigo es el que en medio de la necesidad te abandona o simplemente evade a costa de no ponerse en peligro para no involucrarse más de lo debido; pero Un verdadero amigo te acompaña hasta el final, incluso si eso significa poner su vida en riesgo por ti.

O tal vez toda mi cabeza era una maraña de cursilería y mi única razón por la que hacía eso era porque mi corazón estaba tan lleno de algo intenso y fuerte por él. Salí de donde estábamos, tener la oportunidad de abrazarlo, de escuchar su voz, incluso de sentir su rechazo era lindo para mí. ¿Cómo me había enamorado de alguien que me doblaba la edad? Mi amiga Meisy dice que es porque me faltó amor de papá o un hermano, pero no sé, yo quiero mucho a mi papá y no me dan ganas de besarlo…Iugh…

Hacia calor y eso que ya era el ocaso, hacía que la falda me picara mientras me sudaban las piernas pero pues tampoco era como que tuviera mucha opción y mientras llegaba a la parada del autobús que me llevaba a casa pensaba en todo lo que me había dicho Josh.

-Una misión…- Dije en voz baja mientras una pícara sonrisa se dibujaba

Hoy ya no había oportunidad, el banco estaría cerrado y de por sí ya me llevaría una buena reprimenda de mamá por llegar de nuevo tarde, eso de estar haciendo trabajos en equipo no me iba a durar como mentira un día más y si me castigaban no quería meter la pata en grande, las cachetadas de mamá duelen mucho, más cuando se humedece la mano antes.

-Es que si lo extraño…tonto- Digo mientras subo al bus y pago la tarifa de estudiante y el conductor me mira extrañado. Tomo el asiento de la parte trasera y saco el reproductor de discos compactos que me había regalado Joshua y comenzaba a desenredar los auriculares de dentro de mi maletín. Presione el botón de reproducir y la melodía de ese grupo de rock que Joshua me enseñó comienza a escucharse.

No era ni un poco fanática del rock, yo era un poco más niña después de todo, pero esto era lo único que tenía de él ahora y aunque fueran las estruendosas guitarras de sus discos, para mí era como si estuviera escuchándole hablar o recordar algo de lo mucho que hicimos juntos.

No soy su lolita, nada de eso, ya se lo he dejado claro a mi papá, quien es bastante celoso. Le he jurado que no tengo ningún interés en Joshua, y que si me he acercado a él es porque somos vecinos y nos encontramos un día porque ambos extraviamos las llaves para entrar. Pero a pesar de mis explicaciones, mi padre solo se quedó conforme hasta que conoció a su novia Kandy y ahora se comporta como todo un viejo rabo verde y se ha empeñado en ser amigo de Joshua, solo para poder ver a Kandy con su ropa ajustada. Papá ya está viejo para tener amigos, debería dedicarse a hacer las cosas que hacen los papás: ver los partidos de fútbol en pantuflas y arreglar el auto o la casa los fines de semana.

El tiempo pasa tan lento cuando uno tiene prisa, y el camino se hace tan largo. Pero no habíamos tenido mucha opción, y si no fuera por la brillante idea de Milos con los sacos de harina, tal vez Joshua estaría ahora mismo tres metros bajo tierra y yo estaría llorando en mi habitación, porque mis padres ni al cementerio me hubieran permitido acercarme.

Llegué a casa justo a tiempo para la cena, y tras darles una vaga mentira de por qué había llegado tan tarde por los arduos trabajos del colegio, di un beso de buenas noches a papá y a mamá, diciéndoles que había tenido un día muy pesado, y me recluí en mi habitación.

Pienso que hasta mi mamá sabe que lo mío no son los estudios, al menos no la biología y la física, ni nada de eso. Yo soy más de la poesía y el drama, pero por nada del mundo me va a dejar ser actriz o poeta. Así que voy a tener que pensar en qué voy a hacer pronto, porque el tiempo pasa rápido.

Mi habitación. Ese es mi verdadero lugar en casa. Encendí esas luces que Joshua me ayudó a colocar, no eran más que las luces que se ponen en el árbol de Navidad, pero las esparcí por toda la pared. Me gusta verlas cambiar de color en el fondo. Para ser honesta, mi habitación es solo pequeños montones de ropa, cosas del colegio, algunos cosméticos y muchos libros con un montón de separadores en las páginas.

Como de costumbre, lancé mi maletín del colegio y luego recordé las notas de Joshua, así que corrí a levantarlo. Después de sacar su libreta, vi sus números y me di cuenta de que necesitaba hacer algunos cambios en mi plan. Me pregunté si debía incluir a Milos, pero decidí que no sería una buena idea ya que todavía estaba castigado por mi culpa. Recordé el consejo de adolescente número 4799: si pides prestado el auto de tu padre, asegúrate de que no vigile el contador de kilómetros o te irá mal si mientes.

Empecé a pensar en cómo podría hacer para llegar al banco, los bancos cierran a las tres de la tarde y yo salgo a las cuatro ¿voy a tener que faltar? Uy, pero mañana tengo clase de sociales y ya tengo dos faltas…Podría salirme después de la clase, eso sería casi al medio día, desde el colegio hasta el distrito comercial podría hacer unos 40 minutos.

Voy a necesitar un cambio de ropa, sabía que si me veían con el uniforme del colegio, la policía me detendría por la nueva ley de Mirabille en contra de la delincuencia juvenil.

Veamos…¿Qué podría llevar? ¿Y si me pongo un poco de relleno en las chichis para que parezca más adulta? Podría robarle unas zapatillas a mi mamá. No eso no…Voy a parecer jirafa recién nacida, no se caminar con esas cosas. Serán deportivas entonces. La blusa del colegio es blanca y sin logotipos eso me podría servir, tan solo un pantalón y…una mochila, si necesito una mochila, no tengo ni idea de que me van a dar, pero será mejor guardarlo en algo grande y conociendo al raro de Joshua posiblemente me den algo grande, ¿Y si me llevo el morral tejido que me dio mi prima cuando visitó México? Se ve algo resistente…No, me veré muy hippie. Mochila.

Ahora ¿cómo hago para escaparme? La única forma de salirme del colegio es que alguien llamara pidiendo que me den la autorización de salida y el único que podría llamar para hacer tiene una bala atravesándole el cuerpo…Piensa Titania.

¿Y si escalo el muro de la escuela? Podría usar alguna escalera. Si Meysi me cubre las espaldas podría, no es tan alto…Si, me saltaré el muro, además eso hacen los bandidos y yo soy una bandida.

Ahora… ¡Dinero! Ufff… Tendré que usar los ahorros que tenía pensados para el cumpleaños de Milos para trasladarme, pero bueno el entenderá. 45 Miralios, Dios no me va alcanzar para comer y volver a casa ¿Y si le pido a Meysi? No, ya le debo 200 del semestre pasado. ¡Uf, esto es muy complicado! Ni hablar, me llevo una lata de atún y una leche chocolatada de casa y eso es lo que voy a comer. Nota mental llevar mentas para no oler a pescado.

Ok. Llego al banco y pregunto por el hombre este y después directo a la estación de policía, pero sin ser detectada ¿Cómo diablos voy a hacer eso?¿Y si me llevo un disfraz? Además, estoy segura que el policía me va a reconocer, seguro que no le voy a simpatizar después de llenarlo de humo y harina.

Una gorra y anteojos oscuros no me van a ayudar necesito algo más…radical…Piensa Titania…Como caricatura donde se enciende una bombilla al tener una idea me emociono. Ok ahora tengo que esperar a que mamá y papá se vayan a dormir.

La ansiedad es demasiada, no paro de girar en la cama sin parar mientras doy vueltas a mi plan una y otra vez. Ya tengo lista la mochila y todo lo que podría ocupar. Me llevaré una toalla femenina por si acaso, aunque faltan dos días para mi menstruación, mujer prevenida vale por dos.

Ya pasa la medianoche y escucho las cansadas pisadas de papá ir a la habitación, genial, ahora solo tengo que esperar una hora más para asegurarme que duermen. Una vez pasada la hora abro mi puerta tan lento como puedo y me dirijo al sanitario. Ojalá mamá lo haya dejado ahí, luego la voy a pagar pero no importa. Todo sea por Josh.

“Negro azabache, para una experiencia viva de color use tinturas De’Lorear.”

Abro la caja emocionada y encuentro solo dos frascos pequeños, unos guantes y una pequeña peineta ¿Y esto como se usa? ¿Alcanzara para mi cabello? ¿Y si me lo humedezco? A ver no, hay que leer las instrucciones.

“Divida el cabello en secciones.” ¿Cómo vamos a hacer eso las que tenemos el cabello más rizado que un fideo chino? Es posible que necesitemos más de una caja de tinte…bueno, si no alcanza, seré la primera negriroja o pelinegra. Mezclo la fórmula en una pequeña bandeja que viene en la caja y comienzo a aplicarla. Dios, esto es como hacer manualidades en preescolar con sopas, solo que mi cabello es la manualidad.

Mierda, no alcanzó…me faltan las puntas. Si las froto contra el cabello que ya tiene más tinte, ¿se teñirán? Al final, termino con el peinado más extraño de todos los tiempos y un centímetro de frente con una línea tan negra que pareciera que los nazis me la marcaron para ejecutarme. ¿Qué sigue? Tiempo…¿Cuarenta minutos? Ay, yo que ya me muero de sueño. Me siento en el retrete mientras comienzo a sentir picazón y ardor en el cuero cabelludo. ¿Por qué diablos las mujeres nos hacemos esto? Además, huele a orines de gato la tintura. Listo, cuarenta minutos. Ahora a enjuagar. Seguro que en el lavamanos será más fácil y haré menos ruido.

-PUTA MADRE- Digo mientras veo como el blanco lavamanos de casa se torna grisáceo y negro conforme sigo enjuagando mi cabello.

—Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda Mierda ¡Mierda!

Me arden los ojos, creo que también me teñí los ojos de negro… ¡Los ojos! Voy a ser la única pelirroja con cabello negro y cejas y pestañas de otro color. ¡Qué idiota! Exprimo ambos envases para poner un poco de tinte en mis cejas y esperar a que ocurra un milagro.

    —¿Tita estás bien, hija? – dice la voz de mi madre.

    -Eh… sí, mamá. Es que… tuve un accidente. Me vino la regla antes… No te preocupes, lo arreglaré – le respondo.

    —Ay, Titania, otra vez. Yo no voy a lavar las sábanas, ¿eh? Ya me cansé de decirte que lleves un calendario.

    -Sí, mamá, déjame tranquila, por favor – le pido.

    Mientras sigo enjuagando mi cabello, espero a que mis cejas tengan el milagro de teñirse. Es la última vez que me hago esto… Joshua me va a tener que compensar esto.

    Finalmente, termina la tortura y, aunque mis cejas no son perfectamente negras, por lo menos no parezco un payaso teñido de mil colores. Le robaré un poco de máscara a mamá para oscurecer mis pestañas y arreglarlo. A dormir.

    El ruido del despertador me regresa a la realidad. Lo había puesto una hora antes de lo normal, mamá y papá no podían ver lo que había hecho o me vería peor que Cristo. Después de ducharme rápidamente, me miro en el espejo y analizo el resultado.

    Pues no está tan mal… Sería una morena bastante guapa – pienso.

    No tengo tiempo para esto. Tomo mi maletín y la mochila, camino a la cocina y con mucho cuidado tomo una lata de atún y una leche chocolatada de la nevera. Justo cuando voy a salir, recuerdo lo más importante. ¡El dinero! ¡Tonta!

    Camino rapidísimo hasta mi habitación y, al salir, me apresuro a la puerta justo cuando escucho la voz de mi padre.

    —¿Tita? ¿A dónde vas? – me pregunta.

    -Eh… Al colegio. Hoy vamos a montar una exposición a primera hora y queremos ensayar antes. ¡Adiós! – le digo mientras camino tan rápido como puedo. Si mi padre me ve por el pasillo o se asoma por la ventana que da a la calle, se dará cuenta de todo.

Menos mal que nada de eso sucede. Ya en el autobús apenas pago la tarifa me siento y cierro los ojos.

-Señorita…¿No va a bajar? Esta es su escuela- Dice una mujer que viaja a mi lado

Miro asustada a la derecha y veo como el autobús cierra la puerta y comienza a acelerar un poco

-¡Voy a bajar! ¡Voy a bajar! ¡Deténgase por favor!-

El conductor molesto frena y me permite descender. Son apenas las seis y quince A.M. con trabajos han abierto la puerta del colegio y veo como el intendente barre la entrada. Perfecto todo va a pedir de boca. Al llegar al salón de clase como es natural no hay nadie y no hago nada más que disfrutar de otra deliciosa siesta, cuando llegue Meysi seguro me despertará.

-¿Amiga?- Dice la voz de Meysi

-Uh…Que hora es tengo demasiado sueño…-

-¿Pero qué te paso? ¡Por dios te teñiste el cabello! Si sabes que eso va en contra del reglamento escolar…traes…traes…¿Traes máscara en las pestañas? Titania ¿Estas bien?-

Meysi Ramfrist, mi mejor amiga desde la secundaria, tiene el cabello muy corto y rizado, aunque no tanto como el mío, una estatura de, diría que setenta centímetros, bueno, era obvio que no, pero era la mujer más pequeña que hubiera conocido jamás. Cuerpo pequeño y delgado. Sexo, diría que mujer, pero con esa manía de cortarse el cabello como chico, no podría estar muy segura. Ojos negros, voz aguda como la de las ardillas de caricatura. Rebelde sin causa, con más piercings que novios, obvio más veces quitados por los prefectos del colegio que las horas que los ha traído puestos. Hoy, curiosamente, usa un aro en la nariz.

-¿Esto? Ah…es…es que aposte con Milos a que si perdía me teñía mi cabello-

-Amiga necesitas una mentira mejor, adoras como nadie ser pelirroja, eres la reina de la pelirrojez. Ni por todos los poemas de tu autor favorito te teñirías el cabello. ¿Qué paso?-

-Bueno, si ya sabes eso entonces no me preguntes tanto, mejor ayúdame necesito pedirte un favor.-

—¿A que hora te piensas fugar?- Responde Meysi

-¿Qué?-

—Te vas a fugar de la escuela, de lo contrario no me pides el favor a mí, me he fugado más veces que cualquiera, ¿A qué hora necesitas estar fuera?-

-Después de sociales…-

—No, esa es mala hora, los prefectos toman su descanso a esa hora y siempre se van a su oficina, tienen muchas ventanas. En la clase de sociales-

-¿Y mis cosas?-

—Ay pues las sacas antes tonta- Dice Meysi mientras se sienta en el pupitre que hay frente a mí.

-¿Y si me las roban?-

—Bueno te vas a fugar o te vas a poner de princesa quejosa, hay riesgos querida-

-Ok solo dejo la libreta de sociales y un bolígrafo y las cosas las oculto ¿En?-

—Pues en el baño boba-

-¿Estas segura Meysi?-

—que si, que te lo digo yo, ya lo he hecho mil veces-

-si algo sale mal te juro que te arranco ese aro de la nariz con los dientes…-

—Amiga, estas hasta las narices de amor, y no es por Milos…¿Qué paso?-

-Mira si todo sale bien te lo cuento más tarde en tu casa ¿Te parece? Es más…cuando salgas del colegio te veo en la estación central de policía, cerca del parque que hay ¿te agrada?-

—¿Promesa?- Dice Meysi levantando una ceja

-Promesa de pelirroja oculta-

—Estas loca amiga- Dice meysi sentándose en su mesabanco

-Y lo dice la que tiene cien aros por todo el rostro-

—Amiga, una cosa es traer un aro y otra cosa es transformarte en femme fatale para una misión misteriosa. ¿vas a hacer el amor? ¿No ibas a estar en tus días?-

-¡Cállate! No nada de eso…-

El profesor entra y mientras mis compañeros no paran de murmurar al mirarme no hago más que mirar con fastidio el reloj que hay en el frente de la pared justo arriba de las pizarras. Hora tras hora, minuto a minuto mis manos no paraban de sudar, ya quería huir, quería salvar a mi amigo.

Meysi no paraba de reír y arrojarme pequeñas bolas de papel para hacer más ligera mi espera pero todo era en vano y tras por fin ser el cambio de clases es que Meysi toma mi maletín y yo la mochila y las llevamos al sanitario de la forma menos disimulada y las escondemos en el último cubículo.

Una vez llega la clase de sociales el estirado profesor no hace más que hacer el pase de lista y yo no espero el momento en el que poder salir. ¿Cómo iba a salirme? O salía Meysi o salía yo, esa era la regla, no salían dos personas al baño. Mierda algo nos había faltado sin embargo tras apenas diez minutos de la clase Meysi interrumpe al profesor y levantándose del pupitre le dice

-Profesor…Por favor, puedo ir a la enfermería-

—No señorita, la conozco, se que quiere evadir mi clase siéntese por favor-

-Profesor en serio me siento mal…Porfa— Y antes de que termine su frase vomita en el suelo..

—Ughh que asco…Vaya rápido y pida a intendencia que limpien esto- Dice el profesor molesto

-Profesor mi compañera no se ve bien ¿Puedo acompañarla? Prometo volver en cuanto la deje en la enfermería- Digo aprovechando la oportunidad pese a que no se si esto sea parte del plan de Meysi o realmente se ha enfermado

-Si si…vaya, pero llamen a intendencia rápido eso apesta asqueroso-

Mientras caminamos hacia la puerta de salida Meysi quien me sujetaba por el brazo y vomita una vez más encima de uno de mis compañeros y luego camina torpemente -¿Meysi? ¿Meysi?- Digo asustada

Ahora no por favor, ahora no se podía enfermar. Mi compañero sin pedir permiso sale corriendo al baño y yo jalo hacia afuera a Meysi quien aún camina desorbitada varios metros y recargándose en uno de los muros mira a nuestra aula de clase.

-¿A que vomito como nadie?- Dice Meysi sonriendo

—Que asco…¿Por qué hiciste eso? Le vomitaste a Francis encima-

-Ay ese idiota me cae mal se lo merecía, ahora corre, al baño-

Ambas caminamos rápidamente y entramos al baño donde afortunadamente todavía están mis pertenencias y ambas las tomamos para después escabullirnos a las escaleras. Solo eran dos niveles sin embargo hacerlo con todo el sigilo no era tarea sencilla y agachadas pegadas al muro logramos llegar a la planta baja.

-Por el gimnasio amiga, ahí la pared es de una altura más baja- Dice Meysi

-¡A donde van señoritas!- Dice el prefecto Murcio, un anciano que era de estatura grande y barbas largas y canosas, conocido por ser severo e incorruptible. Habíamos fallado y mientras Meysi y yo nos miramos asustadas escuchamos los pasos del prefecto acercarse.

-¡Ah, aquí están, las estaba esperando desde hace un rato, apresúrense muchachas necesitamos esos materiales desde hace un momento y si no podremos terminar el tema a tiempo- Dice una voz de mujer que desconozco!

-¿Está usted con estas estudiantes profesora Berenice?- Responde el prefecto

—Si, les pedí que fueran al almacén por unos atriles que faltan para el salón de música-

-Creí que para eso estaba el personal de mantenimiento profesora…- Añade Murcio

—Ya lo llamamos un par de veces por eso es que nos vimos forzadas en hacerlo por nosotras mismas, ya pondré la queja más adelante ahora si nos permite-

Miro apenas hacia atrás para mirar a una profesora, tendrá 33 años quizá, no nos impartía clases a nosotros, de hecho era la primera vez que la miraba, de cabello rubio, delgada, ojos ligeramente rasgados y una estatura bastante más grande que el promedio. Vestía el mismo sobrio uniforme de profesores sin embargo como adorno adicional tenía un colguije un tanto peculiar sobre la blusa de color dorado.

La profesora camina hasta nosotras y nos dice -¿Vamos?

Ambas afirmamos asustadas y mientras salimos de la escuela y nos dirigimos al almacén la profesora nos dice con esa voz suave y cálida -Bueno chicas, ya son libres…Apresúrense-

Meysi se detiene a mirarla y le responde -¿Por qué nos ayuda?-

La profesora sonriendo agacha el rostro y mirándome a mí me dice —No se…pero cuando las vi sentí algo muy raro en el pecho, como si ella, tuviera algo muy importante que hacer, algo que no podía esperar…-

Mirando a la profesora sonrojada respondo -Gracias…Prometo que la próxima vez que la vea le ayudare con lo que sea, espero no meterla en problemas-

-Descuida, yo también hice travesuras en mi adolescencia, ahora apúrense-

Corrimos tan rápido como nos fue posible hasta el punto fijado por Meysi y lanzando primero mis cosas por el muro es hora de poner en práctica mis habilidades de bandida.

-No tienes ni idea de cómo escalar esa cosa verdad?- Dice Meysi

Niego con el rostro apenada

-Ay… A ver hagamos algo…Me voy a hincar y te vas a parar sobre mis hombros luego me voy a levantar así que vas a tener que tener algo de equilibrio. Cuando ya esté totalmente arriba salta y agárrate del muro como si fuera tu vida y empújate con los brazos, no te sueltes porque te vas a caer y te va a doler lo suficiente para ya no quererlo hacer, ¿entendiste?-

Afirme llena de miedo y mire como Meysi se hincaba -¿Estás segura?- Dije

-¡Que si apúrate tonta!-

-En el parque, no lo olvides- Respondo

-Si si…Ya hazlo-

Subo en los frágiles hombros de Meysi y con trabajo se comienza a levantar, no hay mucho de donde agarrarme así que solo agarro la cabeza de Meysi y una vez ya está totalmente levantada me dice molesta -¡Ya!-

Un salto de fe, alcanzo con mis brazos la mitad del muro y quedando colgada me lleno de miedo, sin embargo, Meysi me grita ¡Sube la pierna derecha! ¡Es más fácil así ya tienes la mitad arriba! Estiro mi cuerpo tanto como puedo y finalmente mi pierna derecha llega al muro y lo logro

-Nos vemos en un rato…Loca- Dice Meysi y comienza a correr de vuelta al área de aulas

Me dejo caer, serían dos metros tal vez, pero dolieron tanto como si fueran cien. Mi falda se había razgado de tajo y me había quedado en panties a media calle así que apenadísima saco rápidamente los pantalones de la mochila y me los pongo y me echo a correr.

Quitarme el corbatín y el suéter de la escuela era lo de menos, mi falda se había quedado en el suelo, ya no importaba, ahora tenía que hacer lo que Joshua me había encomendado.

Tomé el tranvía que llevaba al distrito comercial, no había mucha gente, a decir estaba casi vacía la ciudad a esta hora, sobre todo por mi destino y una vez llegué al distrito comercial caminé en las direcciones que me dijo Joshua. Mi corazón bombeaba tanto que juraría estaba al borde del infarto.

El banco, ahí estaba, mi primer punto, con la seguridad de un chihuahua entre una multitud caminé hasta el banco y una vez dentro me acerque al primer escritorio que encontré y tras tragar saliva digo a la mujer que esta tras este.

-Ve…Vengo Con…Natman Rog-

-¿A que asunto disculpe?-

-Es privado, una caja de seguridad- Respondo mientras me tiemblan los dientes

-Un momento por favor-

La mujer se levanta y me pide tome asiento en una silla de color azul, tardaría varios minutos antes de volver con un hombre joven de poco cabello y anteojos. Recordé las palabras de Joshua y molesta dije

—Este no es Natman Rog.

La señorita que había vuelto con el hombre me mira seriamente y me dice: -Podría describir al caballero que busca, este es el señor Natman Rogman ejecutivo de cuentas premier-

-Joven, corpulento, y no lleva cuentas premier lleva cuentas especiales y cajas de seguridad- Respondo como si supiera realmente quien era.

La señorita sonríe y me dice -Filtro de seguridad aprobado. Acompáñeme por favor-

Camino detrás de la mujer quien me lleva a una gruesa puerta de madera y toca la puerta un par de veces para después abrirla y asomar la cabeza. No puedo escuchar lo que dice pero espero sea bueno.

Segundos después la mujer me mira y me dice -Adelante-

Entro a una oficina lujosa llena de libreros pesados y llenos de carpetas. Una ventana en el lado izquierdo hace que la luz del sol ilumine todo el lugar, en el centro hay un gran escritorio con un computador y varios papeles. Dos sillas para seguramente los clientes y detrás de él un hombre joven y corpulento. Calvo, de ojos claros y vistiendo un traje de color gris.

—Adelante señorita no tenga pena- Dice Natman con una voz profunda y grave

Tras entrar la mujer cierra la puerta y me siento en una de las sillas que había en el escritorio.

—Un gusto, soy Natman Rog, ¿En que puedo servirle?-

-Vengo…Vengo…Yo…Tengo…Bueno no yo no…Un cliente…Tiene una caja de segru-Seguridad-

—tranquila señorita, cómo le dije, estoy para servirle- Dice Natman mientras entrelaza los dedos y me mira

-Vengo por una caja de seguridad. Joshua Savinto, Me entrego este número de cuenta me dijo que sería suficiente-

El hombre toma la hoja entre sus manos y la lee con detenimiento y de inmediato teclea en su computador algo y tras leer me responde

—Me podría decir su nombre por favor.

Respondo con mi nombre completo y miro atenta al hombre

—Lo siento, no puedo entregarle nada a usted.

Mierda, falle ¿Pero por que? Asustada decidí revelarme ante la respuesta negativa

-¿Por qué? Joshua Savinto me ha puesto como beneficiaria explícitamente-

Natman entrelaza sus dedos nuevamente mientras se recarga un poco en su silla y suspira

—Vera, en efecto tenemos registrado su nombre como beneficiaria, pero el señor Savinto, dejo explicitas características de la persona que vendría y que si no cumplía al cien por ciento con ellas negáramos cualquier acceso.

-Oh por dios…¿Podría decirme que características son?

—No, me temo que eso comprometería la confidencialidad de nuestro cliente y es un cliente muy especial.

-Pero…Soy yo…Yo soy Titania Libereco, tengo dieciséis años, mido un 1.66, tengo pecas en el rostro, soy estudiante de bachillerato, ¿Qué más necesita?

—No puedo revelárselo señorita, ahora si por favor abandona el lugar o tendré que llamar a seguridad.

Llevo mis manos a mi cabeza llena de frustración y de nuevo una idea llega a mi…¡El cabello…Que tonta!.

-¿Es porque no soy pelirroja? Si lo soy lo prometo solo que teñí mi cabello anoche, pero le juro que soy pelirroja…dios…ay como se lo demuestro…

—Señorita no insista, por favor salga.

-Es que usted no entiende esto es importantísimo, necesito el contenido de esa caja de seguridad, si soy pelirroja de verdad, se lo juro por mi madre, escúcheme míreme, completo el perfil solo es un tinte artificial, en serio soy pelirroja-

—Entiendo su premura, pero el señor Joshua especifico claramente que era una persona pelirroja tal como lo dice, usted no lo es, es la última vez que le pido que salga o activare la alarma.

¡No puede ser! ¡¿Qué hago?! ¿Cómo demuestro que soy pelirroja?

Era todo o nada, esta era la vida de bandida que había elegido y suspirando le respondo

-¡Pues le voy a demostrar que soy pelirroja!-

Sin perder un instante a su respuesta desabotono mi pantalón y bajo apenas un poco mi panties para que pueda ver mis vellos los cuales por naturaleza son tan pelirrojos como lo era mi cabello hasta ayer.

El hombre ríe un poco y desviando la mirada

—Señorita, por favor suba sus prendas, está bien, le creo…Tome asiento y volveré enseguida.

El hombre sale de la oficina y yo exhalo un largo suspiro aliviada, no puedo creer que le haya enseñado mi parte a un viejo…Esto no lo debe saber nadie, nunca.

Tardaría casi veinte minutos el hombre cuando vuelve con una caja del tamaño de quizá un monitor de computador, parecía hacer mucho esfuerzo al traerla, pero una vez llega la coloca sobre el escritorio y me dice

—Sabe, el señor Savinto era el mejor inversionista de este banco hasta hace unos meses, se le estima, si lo ve salúdelo de mi parte. Nosotros creemos que las noticias son falsas, conocemos al hombre y sabemos de su integridad, ahora si me permite hare apertura de la caja enumerándolas tal como están en este documento firmado por el señor Savinto.

1.- Siete mil Miralios en billetes de denominación de quinientos sellados por el banco.

2.- Un anillo de oro blanco con incrustaciones de diamantes y una piedra de Alejandrita sin valuar a petición del cliente.

3.- Un paquete de siete discos compactos en sobre blanco numerados del 1 al 7, pegados con cinta en el ojal.

4.- Un sobre con un documento cerrado y sellado con cera por el banco probando así su no apertura

5.- Una fotografía sin valuar.

6.- Una pistola semiautomática usada marca Carlestorm de color negro con un cartucho que contiene siete balas de nueve milímetros

7.- una llave de bronce gastada y sin etiquetar.

Tras entregar todo lo miro llena de dudas ¿Qué era todo esto?

—Necesito que firme aquí y posteriormente en esta otra página- Dice el hombre mientras aparta la caja

Firmo sin pensar y el hombre me entrega una por una las posesiones de Joshua.

—Un consejo, vaya a casa y guarde el arma, podría traerle problemas.

-Si…Gracias…-Respondo mientras guardo las cosas en la mochila y tras apenas estrechar la mano del hombre salgo.

¿Qué era esto? ¿Qué planeaba Joshua? ¿Un arma? ¿Por qué me daría un arma? ¿Estoy en peligro? Tengo miedo tan si quiera al salir del banco pues puedo sentir la mirada de todos los empleados del banco y tras suspirar vuelvo a tomar el tranvía esta vez en dirección del centro de policía de Mirabille.

Mi cabeza no para de pensar en qué diablos podía hacer con lo que me habían dado, para mi buena fortuna el tranvía no tenía seguridad pues  Mirabille suele ser una ciudad pacífica, así que mientras subo al tranvía y escucho la maquina moverse pienso una y otra vez. ¿La carta sería para mí?

Joshua no dijo que fuera para el policía solo me dijo que entregara los discos compactos y la hoja con la rúbrica. Ay no entiendo nada…Mientras me aseguro de que nadie me mire abro la mochila y miro los demás objetos que me habían entregado.

La fotografía era una instantánea, quizá sería por el lugar en donde estaba guardada pero se había puesto un poco amarillento el papel. En la fotografía estaban Joshua y Kandy muy felices afuera de una casa vieja, por la posición de la foto pensaría que no la tomo alguien y que Joshua habría puesto un temporizador en la cámara para tomarse la fotografía.

Ya se tal vez hay algún mensaje oculto en la fotografía. Miro el reverso de la fotografía y tan solo encuentro letras extrañas I-XI-MCMXCVII. ¿Qué es esto? Alguna clave tal vez, quizá si le digo a Milos me ayude a descifrar la clave. Seguro que tiene que ver con la fotografía.

Que más…La llave, una llave larga de bronce, sucia, sin alguna etiqueta o marca en especial, sé que no era de su apartamento, tampoco de la casa de su abuela, cuando fui al pueblo pude ver por un momento la llave y no era de ese estilo. Era muy grande así que seguro era de una casa. ¿Tal vez de Kandy?

Josh, yo no soy una detective, necesito una pista…

Tomo la carta y la miro, un sobre normal, blanco, dentro puedo sentir el papel de algo más, seguramente alguna carta escrita, detrás el sello de cera del banco color rojo. Ahora que lo pienso nunca había visto un sello de cera. Además del sello de cera todo el borde estaba sellado tal vez por el propio pegamento del sobre o algún adhesivo que Joshua hubiera colocado.

Pongo la carta en contrasol por la ventana y puedo mirar el tamaño del papel, gracias a esto puedo ver que hay más de un papel dentro de la carta por lo visto. No aguanto la emoción, lo siento la voy a abrir.

Tomo con cuidado la carta y la agito poniéndola verticalmente para empujar todo el papel hacia un solo lado de la carta y después comienzo a rasgar poco a poco el sobre desde el lado que no tiene papel hasta que finalmente lo rompo por completo. Me asomo para observar lo que hay dentro del sobre. Son solo un par de hojas y otros pedazos de papel de un color extraño, pero creo que leeré primero la carta.

Querida Tita

Si estas leyendo esto, quiero que sepas que te mereces un buen golpe en la cabeza por metiche, esto no tenía tu nombre ¿o sí? Mentira. Es más que obvio que es para ti. En realidad, si estas leyendo esto significa que las cosas se pusieron peor de lo que esperaba así que quiero disculparme por adelantado por haberte dejado una carga tan pesada a ti. Tan solo eres una niña, pero eres la niña más extraordinaria de la tierra, eres la luz más grande que he visto en esta constelación llamada vida.

¿Sabes que es lo único que detesto de la vida? Que la vida nunca nos da la oportunidad de nacer en el momento que nosotros queramos. Si hubiera podido elegir un momento para nacer, hubiera elegido el mismo año en que nacieras tú, así no hubiera importado si hubiera nacido en África o en China, hubiera habido algo que me condujera a ti y entonces siendo iguales, te hubiera abrazado y amado como si no existiera mañana, como si el amor no tuviera un límite. Porque sé que como tú nunca voy a encontrar a nadie más. No me mal entiendas, para mí eres mi tesoro más preciado, eres esa chispita roja que encontré un día frente a mi casa para hacer de mis tormentas un poco menos tenebrosas. No lo se…Siempre que pienso en ti tengo una sonrisa tuya en mi mente y eso es lo más maravilloso de la vida.

Pero la vida es una puta y bueno, si al único hombre que podía hacer algo tan bueno como convertir el agua en vino lo crucificaron, ya ni hablar de que nos complazcan con algunas otras cosas, aunque tal vez sea para mejor.

La razón de esta carta es para despedirme de ti propiamente, porque seguramente para cuando leas esto yo ya voy a estar muy lejos, ya sea kilómetros de distancia o de profundidad, aunque preferiría lo primero. ¿Sabes? Engañe a mucha gente, no me siento muy orgulloso de eso, hice cosas que no debía de hacer, me porte mal y mi madre siempre me lo dijo “Haz el bien en la vida hijo, que todo lo que hagas volverá a ti como un boomerang, si siempre haces lo correcto ten por seguro que la vida te dará eso de vuelta”

Ten como consejo eso Tita, es verdad, toda brutalidad que hagas en esta vida va a regresar y si hiciste algo lo suficientemente malo te va a dar en toda la boca. Yo ya sabía que iba a volver, pero no de la forma en que me llegó.

Ojalá no te asustes demasiado a lo que voy a narrarte a continuación. Pese a que mis planes junto a Kandy hubieran resultado y Kandy estuviéramos con vida las cosas seguirían igual o tal vez peor.

*Nota: si estas leyendo esto es porque Kandy está muerta, eso es seguro.

Como sea, lo triste es que dentro de no mucho tiempo dejaré esta tierra y tendrás que seguir sin mí y para tu buena suerte no tendrás que soportarme más. Aunque la razón de mi partida no es lo más alentadora creo que lo tengo bien merecido por idiota. Estoy divagando demasiado lo siento.

Tita, desde hace dos meses, me enteré que soy una persona enferma, tengo una enfermedad horrible, una enfermedad que no tiene cura, una enfermedad que…solo se transmite de una forma. Adquirí el virus de inmunodeficiencia humana, literal. Tengo SIDA. Y si, Kandy y también…

Acudí a todo médico buscando una esperanza, pero todo es en vano, serán un par de años y todo se habrá ido al carajo, voy a enfermar en las peores condiciones que hubiese imaginado, el médico me lo ha dicho. Había procurado guardar muy bien este secreto porque la gente que sabe de alguien que tiene SIDA tiende a prácticamente polarizarla, excluirla y si le pueden echar insecticida para ver si se muere más rápido, mejor.

No tenía el coraje de contarle a nadie esto, por eso lo escribí en esta carta, para que al menos alguien supiera porqué morí. Espero lo comprendas. Respecto a los billetes que había en la caja de seguridad, son un pequeño regalo para ti, úsalos sabiamente. Vuelve en unos cuantos días al banco con Natman Rog, él tiene indicaciones precisas para que una vez se abriera esa caja de seguridad se siguieran algunas operaciones, por cierto ¿Te conté que el banco de Mirabille es mío? Así es amiga, tengo más dinero que Donald Trump.

Cuando vuelvas con Natman Rog, espero te agrade la última sorpresa que tengo para ti. Pero volviendo a las cosas importantes, esa arma que tienes en tu poder, no la uses nunca, lo repito. NUNCA, jamás en la vida uses un arma, una vez que matas a alguien no hay vuelta atrás, tu vida se extinguirá, nunca volverás a ver el sol, esa muerte te perseguirá día y noche, te hará tener las peores pesadillas y lo peor…Te pedirá más. Conserva esa arma lo mejor que puedas, en el cartucho, donde se alojan las balas, deben faltar varias. Cuando lo creas conveniente entrégala a la policía, eso resolverá todo este embrollo en el que te he metido y todo terminará en paz.

Bien…Creo que eso es todo, no voy a extenderme demasiado, sé una buena persona, llega alto, lo más alto que puedas como el ave majestuosa que es tu alma. Dale al mundo un futuro mejor si te es posible y si no lo es, tampoco te sientas mal, por que como te he dicho la vida es una puta y la prueba está en que los hombres mataron al único capaz de convertir el agua en vino. Somos tan idiotas…

Gracias por todos los grandes momentos.

Gracias por aparecer aquella tarde frente a mi puerta.

Gracias por ser mi apoyo, gracias por cada abrazo, cada hora, cada instante.

Gracias por dejarme ver quién eres y por tener el valor de aceptar quien soy.

Nos vemos en otra vida, cuando tal vez, coincidamos en el tiempo correcto.

Atentamente. Joshua Savinto.

Mientras termino de leer esto solo puedo sentir el correr de mis lágrimas en mis mejillas, ¿Por qué no me había dicho nada? ¿Por qué se había callado algo tan importante?

-Eres un idiota Joshua…- Murmuré mientras secaba mis lágrimas y doblaba con cuidado esta carta tan triste.

Saqué el resto de lo que había en el sobre, eran papel para fotografías, o más bien la cinta de las fotografías, intenté ver a través de ellas a contra luz pero es en vano, las fotografías son extrañas y no logro distinguir nada.

Ahora me siento tan triste y tan apabullada que siento el deber de dejar esta misión y volver a cuidarlo. Pero fallarle sería igual de horrible que haber ignorado sus palabras. Ya no podía abortar la misión ahora.

Descendí en la estación más cercana a la central de policía y dirigiéndome al parque de los fundadores me senté en una banca y continué llorando.

La soledad del parque de los fundadores no era relajante, era agobiante, quería un abrazo, quería un amigo, quería desesperadamente a mamá o a papá, que alguien viniera con un superpoder en mi rescate y arregle las cosas tal como en las películas.

Tan solo bebí la leche chocolatada para mitigar mi sed y me quedé mirando al cielo, pensando en todo y a la vez en nada, que debía hacer ¿Y si le entregaba esta carta al detective? Podría ayudar a que su condena descendiera, tal vez le permitirían estar en un hospital en vez de la cárcel, he oído que esa enfermedad es tan letal que de un día para otro puedes morir. El no merece morir así.

Mientras mi cabeza divagaba siento mis ojos ser tapados por las manos más pequeñas que haya visto e imitando una voz masculina dice

-¿Adivina quién soy?-

-Eh…un hombre con unas manos muy pequeñitas seguramente…Diría que tan pequeñas como las de un T-Rex-

-¡Oye tonta! Ya te dije que no me digas así…-

Meysi quita las manos de mis ojos y mira que mis pestañas estaban húmedas y por lo tanto habían humedecido sus manos.

-¿Estas llorando Titania?- Dice Meysi mientras me rodea y se sienta a mi lado y yo solo la abrazó y comienzo a llorar desconsoladamente.

-¿Qué paso? ¿Discutiste con Milos? ¿Te dejaron plantada? ¿Te hicieron algo amiga?-

No pude decir nada, tan solo llore tanto como mis ojos pudieron, llore al amigo que nunca conocí, al que solo se reveló en una carta, llore que la vida fuera tan cruel, tan puta como diría él.

-Amiga me estas asustando muchísimo ¿Qué tienes?

—N…Nada… ¿Qué haces aquí? Aún es temprano.

-¿Y dejarte sola haciendo sabrá dios que diablos? Eso nunca amiga.- Miro a Meysi, ella tenía la fortuna de que sus padres fueran divorciados y viviera solo con su padre, quien siempre llegaba tarde a casa así que con toda la tranquilidad del mundo Meysi había pasado a cambiar sus ropas y ahora traía un pantalón algo abombado, una blusa blanca entallada y una corbata con franjas rojas y negro, así como toda la colección de pulseras que adoraba usar.

-Ay amiga…- Es lo único que puedo pensar.

—A ver Titania, respira profundo y dime lo primero que se te venga a la mente. Vamos a recomponerte.

Respiré lo más profundo que pude y cerré mis ojos.

-¿Tu sabes quién convirtió el agua en vino?- Respondo mirando el mal delineado de los ojos de Meysi

Meysi hace una mueca y luego me da un golpe con su puño en mi brazo.

-¿Qué clase de pregunta boba es esa? Es obvio boba…fue Buda-

—¿Si?- Respondí sorprendida

-Que si… Por eso los tibetanos no beben alcohol…-

—Pero que tiene que ver el agua y el vino en esto Titania. Explícame que te pasa, primero faltas a la escuela, luego te sales de ella, me estas robando protagonismo, tengo una fama que respetar, no puedes llegar, así como así a cambiar las cosas en el colegio- Dice Meysi

Tras explicar rápidamente los acontecimientos a Meysi esta se queda boquiabierta y me dice

-¿Traes ahí el arma?-

-Osea amiga te acabo de confesar que amo a un hombre que me dobla la edad casi, que casi muero a manos de un policía loco, que me fugué con Milos y que ahorita estoy a punto de hacer una locura y lo primero que me preguntas es que si traigo el arma.

—¿Si o no? Responde rápido Titania.

-Que si…-

—¿Puedo verla?- Dice Meysi llena de curiosidad.

-Está bien, pero no la vayas a tocar, no sé ni si quiera si esa cosa se pueda disparar por error.

—No, no prometo que no hace nada malo con ella.

Apenas abro la mochila para que Meysi vea el arma me la arrebata y la mete en el chaleco que trae puesto -¡Oye que estás haciendo te dije que no la tocaras!-

Meysi se levanta y comienza a caminar rápidamente y yo muerta de miedo corro con ella -¿A dónde vas? Meysi es en serio detente, por favor-

Meysi solo ríe y continúa caminando rápidamente a través del parque de los fundadores y mientras mira hacia atrás no distingue que van cruzando un par de monjas de edad avanzada y termina chocando con una de ellas y ambas caen al suelo.

Corro para auxiliar a las mujeres y me hinco.

-¡Lo sentimos muchísimo!- Digo preocupada mientras miro a una de las monjas la cual usa anteojos y me mira molesta

—Chiquillas malcriadas deberían estar en el colegio…Dios es que no te apiadas de nosotras.

Meysi se acerca a la otra monja y disimuladamente mostrándole el arma a las monjas les dice

—Bueno hermanitas…Es hora de que vayamos a dar un paseo, ya saben para que nos iluminen con su sabiduría divina y todo eso… ah y nada de gritar…que mi amiga trae otra igual y al primer instante jalamos el gatillo.

Miro a Meysi completamente fuera de mí y Meysi solo me giña el ojo ¿Qué estaba haciendo?

Levantamos a las monjas a prisa y Meysi las dirige a los sanitarios públicos que había en un extremo del parque. Las monjas solo rezaban fehacientes de que su salvador viniera a castigarnos sin embargo terminamos las cuatro dentro del sanitario de mujeres y Meysi les pide a las dos que se dirijan al fondo mientras que saca el arma y les apunta.

—¡No tenemos dinero! ¡¿Qué quieren de nosotras?! ¡Súcubos! ¡No son más que satanás encarnado!-

-Tita cuida la puerta, trábala si es que se puede.

No digo nada, no entiendo que va a hacer Meysi ¿Se había vuelto loca?

—Quítense la ropa, rápido- Dice Meysi mientras agita la pistola para asustarlas más y las monjas solo tiemblan mientras se toman de las manos

—¡No les dije que se pusieran a rezar, rápido la ropa! Voy a contar hasta diez y si no se quitan esos bonitos hábitos de color crema y esos rosarios les prometo que les voy a hacer algo muy muy malo.

Las monjas aterrorizadas comienzan a quitarse la ropa hasta que quedan en nada más que sus sostenes y panties.

Una vez se quitan la ropa Meysi les ordena mirar a la pared y camina hacia ellas

-¿Qué vas a hacer?- Digo asustadísima mientras me quedo en la puerta

-Bueno hermanitas…Hora de tomar una siesta, que sueñen con los angelitos.

Meysi sin tomarse el corazón da un golpe certero a la nuca de ambas quienes caen al instante y finalmente Meysi voltea a verme.

—Uy…eso estuvo cerca, da miedo tener esto en las manos…

-¿¡Que hiciste?! ¿¡Por qué hiciste eso?!-

—Ay titania…De plano no naciste par ser villana. Necesitamos un disfraz, si el policía ese tal como dices te puede reconocer fácilmente necesitas pasar desapercibida, este es el disfraz perfecto, nadie va a dudar de dos monjas.

-Si claro por qué las monjas traen un montón de piercings y aros por todo el rostro- Respondo sarcástica

—Ay ahorita me los quito, dios…es que no puede una traer lo que uno quiere. Pero bueno primero vamos a encerrarlas aquí, ¿Traes algo con que amarrarlas?-

Tan solo le devuelvo una mirada sarcástica y ella me dice

—Ay bueno era una pregunta…No es para que te pongas así…Quítate las agujetas-

-¡Te das cuenta lo que estás haciendo Meysi esto es un delito, se llama secuestro!-

Meysi me arremeda con una voz más chillona a la suya y luego me responde -Solo es para que estén tranquilas un rato, dicen que las monjas tienen muy malos pensamientos.

 -En serio que nos vamos a meter en un problema muy gordo después de esto-

—Tu eres la de las aventuras mi querida Tita yo solo soy tu complice- Tras decir esto yo termino de quitar las agujetas a mis deportivas y se las entrego a Meysi quien ata las manos y pies de ambas monjas y una vez terminada las deja en el suelo.

-Pues bueno…Hora de conocer a dios amiga- Meysi coloca la pistola en el lavamanos y sin perder un instante se quita la ropa que traía para comenzar a colocarse las ropas de una de las monjas

—ugh estas ropas apestan como a…huevo, que asco…-

Una vez terminada de vestirse es mi turno. Debo ser valiente, esto es por Joshua. Tomo las medias y la falda, para mi buena fortuna me quedan, la blusa un poco floja pero bueno también no es que las monjas anden con blusas muy entalladas así que creo que está bien. Ponerme el objeto que portaban en la cabeza es quizá el más complicado de colocarme y una vez terminado me miro un instante en el sucio espejo del baño. En verdad parecía una monja, quizá una demasiado joven, pero con el atuendo adecuado.

Una vez salimos ambas, Meysi coloca una traba en la puerta y tomando una hoja de sus libretas escribe con letras grandes “FUERA DE SERVICIO” y la pega con un poco de pegamento en barra.

—Bueno hermana, que piensa que debamos hacer ahora ¿beber el vino? ¿rezar el rosario? ¿ir a besarnos al callejón más oscuro por que no podemos tocar a los hombres, Qué prefiere?-

-Preferiría que te tomaras más en serio esto- Digo mientras aun acomodo mis ropas y siento como si todo mundo me mirará, pero la realidad es que no había nadie. Tan solo Meysi y yo, dos pseudo monjas que caminábamos a una de las bancas.

—Bueno pues ya tenemos el disfraz, ahora a ver que hay en los discos- Dice Meysi mientras comienza a caminar.

-¿Qué? Pero si las indicaciones eran que se las diera al policía, no que los examinara, además, ¿cómo sabes que no tienen algo que nos podría meter en problemas o algo así?- Respondo

—Ay Tita por dios…deja de temer por todo, vamos a abrir uno, si no parece tener nada interesante, pues al menos ya no nos quedamos con la incertidumbre además ¿quieres ayudar a tu amigo o no? Tal vez él quería que hicieras eso.

-Bueno…Puede que tengas razón-

—Claro que la tengo boba yo siempre la tengo.

Ambas nos levantamos y comenzamos a caminar, lo malo era que en la zona no abundaban demasiado los cafés electrónicos, esos modernos lugares donde podías rentar una pc por unos cuantos Miralios y al mismo tiempo beber algo, lo mejor es que tenían internet e incluso algunos lectores de discos compactos.

Caminaríamos varias calles hasta llegar a una zona con algunos comercios y tras preguntar a un par de locales nos encontramos con el objetivo.

El lugar es pequeño, al fondo un mostrador con todo tipo de artículos de tecnología y un hombre de unos cincuenta años con bigote abundante y anteojos de pasta así como abundante cabello peinado de lado.

-Buena tarde hermanas ¿En que les puedo servir?

—Eh…Hola hijo, buenas tardes, la hermana y yo…queremos…usar una computadora si es que fuera tan noble de brindarnos su ayuda.

-Desde luego, para la orden campeadora de la santa cruz de Mirabille lo que sea, adelante hermanas, tomen las computadoras que deseen si gustan puedo ayudarles a la tarea que vayan a hacer. Saben son muy jóvenes para ya estar tan comprometidas con la orden, nunca había visto que una monja tan joven usara esos hábitos de castidad y honor. Me entusiasman.

No tenía ni idea de lo que estaba hablando el hombre pero seguro que no nos iría bien si el convento quedaba aquí cerca y nos encontraban otras monjas usurpando sus ropas.

Meysi toma la segunda computadora de la derecha y me siento a su lado mientras en secreto le digo –Esto no está bien, hay que apresurarnos-

—Ya se, tu sigue con la farsa que no tenemos tanto tiempo.

Yo no tenía mucha idea de la computación, conocía lo básico pero Meysi parecía un poco más desenvuelta así que sacando de la mochila los discos toma el número uno y lo coloca en el computador el cual comienza a hacer una serie de ruidos y yo solo presiono mis manos sudorosas esperando a que sucederá.

Tras varios segundos Meysi abre un programa para explorar el disco y una serie de lo que según Meysi son archivos que no se pueden abrir y me pide que le entregue otro disco, así sucedería hasta el disco número el siete el cual contrario a los otros contiene videos. Cuatro en realidad.

Meysi y yo nos acercamos un poco más al pc para evitar que alguien pueda ver lo que nosotros estamos viendo.

El primer video muestra lo que seguramente era el video de una cámara de seguridad, en un extremo tiene la fecha y la hora.

Es un pasillo largo, en ambos lados se ven puertas, aunque la del lado derecho se nota un poco más grande y con cristales en los lados. Pasaran dos minutos antes de que aparezca alguien y entre por la puerta. Estoy segura que quien cruza la puerta es Kandy. Tras esto no sucedería más en ese video. El segundo video muestra el mismo pasillo y durante todo el video no pasa nada, tan solo se nota una especie de sombra en los cristales de la puerta derecha.

El tercer video cambia todo. Tras apenas unos instantes, los cristales que adornan la puerta se ven explotar en pedazos. Era una pena que los videos no tuvieran sonido sin embargo parece que algo está pasando en aquel lugar. Meysi y yo estamos impactadas es que el hombre se acerca y tomándonos por los hombres nos hace brincar fuertemente y gritar. Ambas lo miramos mientras Meysi cierra el video de inmediato.

—Oh disculpen hermanas, solo quería saber si deseaban algo de beber, por cuenta de la casa desde luego.

Meysi quien parece tener la sangre más fría le responde -Hijo, has de saber que no somos de aprovechar de los buenos recursos que nos ofrecen, ya has hecho mucho por ambas, si nos permites, estamos aquí por asuntos oficiales y no nos gustaría demorar más tiempo para desperdiciar tus benevolentes acciones. Puedes retirarte.

El hombre se persigna y da la vuelta avergonzado. Una vez nos aseguramos está lo suficientemente lejos Meysi vuelve a abrir el video y observamos atentas.

Finalmente, la puerta se abre y puedo ver a Kandy quien sostiene una pistola y dispara hacia adentro y luego comienza a caminar lejos de la toma, sin embargo, en ese momento aparece Joshua, lo identifico de inmediato como entra corriendo a la puerta y Kandy regresa aun sosteniendo la pistola. Se ven los destellos de más disparos, pero así queda el final del video. ¿Qué había hecho Kandy? ¿A quién había matado? ¿Qué hacía ahí Joshua?

El último disco contiene más videos, desde lo último de la grabación habrían pasado treinta minutos, finalmente Joshua sale de la oficina sosteniendo una pistola ¿Era la misma que la de Kandy? Kandy sale y comienza a jalar a Joshua mientras se nota discute algo con él y tras varios golpes de Kandy al rostro de Joshua, él termina tirando el arma y la recoge Kandy para después negar con el rostro y mirar directamente a la cámara. Camina todo el pasillo hasta que queda casi frente a ella y tras lanzar un beso se despide y dispara el arma a la cámara haciendo que la transmisión se termine.

Meysi acercándose a mí me dice llena de emoción –¡Amiga que fue eso!-

-¡no sé, vámonos!-

—Si, estoy de acuerdo-

Meysi saca el disco compacto y justo cuando nos vamos a levantar escucho la voz terrorífica que no quería escuchar. —¡Buenas tardes oficiales! ¡Comenzaba a preocuparme no verlos!- Dice el dueño del local

-¿Oficiales?- Apenas agachando la mirada y apenas girando el rostro me doy cuenta que es el detective que había buscado a Joshua, usa un bastón y trae una chaqueta de cuero, así como un cigarrillo en la boca, junto a él está otro hombre que va vestido de traje sastre sin embargo no puedo ver su rostro.

-Hm…Buenas Conrad, agradécele al gobierno que cree que aún vivimos en la era de piedra y no hay suficientes equipos en la comisaría como para tener que seguir viniendo aquí contigo…- Dice el detective.

Meysi se levanta y me empuja para salir sin embargo yo me quedo paralizada, no sé qué hacer.

—En seguida les traigo las dos cajas ¿También son a cargo de la policía?- Dice el dueño quien ahora sabemos se llama Conrad.

Meysi camina un par de pasos para apresurarme sin embargo por mucho que deseo no puedo mover mi cuerpo y siento como todo mi cuerpo tiembla. ¡maldita sea que está pasándome!

-Oh…¿Ya se van hermanas? Vuelvan cuando gustan, estas puertas están abiertas para las ciervas del señor-

Meysi intentando seguir el plan responde sin ver -Gracias hermano mío. Adiós adiós…Que tenemos prisa-

Sin embargo, no puedo moverme y Meysi me mira desesperada sin embargo solo se acerca a mí y con la poca paciencia que le queda se acerca y tomándome de la mano me dice -¿Vamos hermana? ¿Se siente bien?-

No puedo ni responder y mientras Meysi comienza a jalarme es que ambos policías nos miran extrañados

—¿Se encuentra bien señorita?- Dice el detective que perseguía a Joshua y entonces como si hubiera deshecho alguna clase de hechizo mi cuerpo recupera su movimiento mientras tiemblo de pies a cabeza y respondo -Eh…Si…Solo un mareo, gracias-

Camino un par de pasos cuando el detective dice -Espere un momento señorita, no se ve bien…- Meysi desesperada me jala sin embargo el pánico me ha paralizado al grado de tropezar y caerme terminando de hacer todo mi teatro.

El detective supongo que por respeto se acerca a mí para levantarme y al mirar mi rostro frunce un poco el ceño y me dice

-Perdone, pero…¿Nos conocemos? Su rostro me parece familiar-

Meysi me toma por los hombros y con una gran fuerza le responde -Descuide…le pasa todo el tiempo-

Hago el esfuerzo más increíble por moverme y caminando casi tan lento como una tortuga salimos mientras que el detective tan solo nos ve y Meysi me dice de manera muy baja ¡Corre, corre!-

—El detective quien seguramente ha regresado mi rostro a su mente grita ¡Esperen, deténganse, quisiera hacerles…un chequeo en la estación, no se ven bien de salud!

Esta vez no se lo creí al detective, habíamos parecido muy sospechosas, era hora de emprender la huida o estaríamos perdidas. Esta vez mis pies responden y comenzamos a caminar muy aprisa.

-¡La jodimos Meysi! ¡Estamos perdidas!-

—¡Puta madre Titania si me detienen estoy frita, mi padre me juro que me iba a inscribir a la militar!-

-¡Cállate y corre!-

Corrimos sin embargo nuestra falta de conocimiento en la zona nos hizo terminar en un callejón sin salida.

El detective quien apenas nos demoraba por unos metros finalmente llega a donde estamos nosotras paradas y sin tentarse un instante el corazón un instante saca su arma y apuntándome dice

—Lo sabía…Tu eres la chiquilla que ayudo al terrorista.

Meysi me toma de la mano y luego se pega a mi asustada. El detective da un par de pasos y dice:

—No se muevan las dos…¿Por qué están disfrazadas? ¿Qué estaban haciendo en ese lugar? ¡¿Qué traman ahora?! ¡¿Dónde está!?

Meysi valiente grita -¡Tenemos derecho a guardar silencio! ¡Además no hemos hecho nada! ¡Déjennos en paz!

Estábamos haciendo todo un escándalo, y mientras yo pensaba que responder al detective, es él quien dispara primero sus palabras.

—Excelente señorita, con usted no tengo nada que hablar, puede irse con todo gusto, es más…Si me entrega a su acompañante me aseguraré de que la condecoren por buena ciudadanía —

Meysi me mira un segundo y llena de miedo me dice -Perdón amiga…Pero no quiero ir a una militarizada-

Meysi se coloca detrás de mí y me murmura -Camina…Ya sabes que tengo en mi poder, no me hagas usarla, perdón…-

Doy un par de pasos y el detective nos grita.

—¡Ah! ¡Nada de sorpresas…! ¡Primero ambas al suelo…manos en la espalda y piernas abiertas! ¡Ahora!-

Obedezco de inmediato mientras que escucho los pasos del detective ganar la partida, esto no iba a acabar bien, seguro que nos llevarían a un reformatorio por secuestrar a las monjas. Por portar el arma, por encubrimiento de un terrorista…al final falle a mi querido Joshua.

Finalmente, el detective llega a donde estoy yo y dejando caer con toda su fuerza su rodilla sobre mi espalda me saca el aire y escucho el sonido de metal chocar mientras me dice

—¿Sabías que me desgarre un tendón por tu culpa? ¿Sabías que no puedo correr lesionado? Me hiciste correr chiquilla idiota, todo por ese estúpido gordo…Ahora vas a responder muchas cosas incluyendo donde ésta él-

El detective esposa mis manos y mirando a Meysi le dice:

—Tu…Párate lentamente…Soy un hombre de palabra, puedes irte.

Meysi se levanta y se queda como una estatua mientras sus ojos lloran y el detective aún con la rodilla sobre mi espalda se levanta y me obliga a levantarme y se acerca a la mochila que llevaba

—¿Qué traes ahí?

Me mantengo en silencio igual que Meysi

-Amiga dile la verdad…no tienes nada por que ayudarlo, se está aprovechando de ti…ya despierta.

El detective mira a Meysi y le dice malhumorado

—¿No te dije que te fueras? No me hagas arrepentirme.

Meysi mientras llora señala la mochila y le dice al detective

—En…En esa mochila, hay un montón de dinero…hay también discos y fotos, de un asesinato, estábamos mirando el contenido que había en los discos cuando ustedes llegaron.

El detective mira a Meysi dudando sus palabras y después el me toma por la espalda y me dice

—Ni hablar, tu amiga no es tan buena amiga como pensaste, aunque si está del bando de los buenos…vas a tener que quedarte en el piso un momentito-

Tras decir esto el detective golpea detrás de mis rodillas y caigo con mucho dolor al golpear el piso y luego pone su rodilla de nuevo en mi espalda para que me no me mueva y lo escucho esculcar dentro de mi mochila.

Dado que estoy sobre el piso solo miro los pies de Meysi moverse. Meysi le tira una fuerte patada al detective el cual cae y miro como se abalanza sobre de él apuntándole en la cabeza con la pistola.

-¡Ningun hombre por el motivo que sea debe de pisar a una mujer y mucho menos a mi mejor a miga! ¡No te muevas hijo de puta! ¡un movimiento y te vuelo los sesos!

El detective ríe mientras se queda quieto y Meysi golpea la cara del detective.

Me pongo de rodillas rápidamente y ayudando a Meysi me subo encima del detective para evitar que tire a Meysi quien tiene totalmente amagado al detective. Miro a Meysi temblando mientras apunta a la cabeza del detective. Las sirenas comienzan a sonar, seguro es obra de los vecinos. Ahora si todo se acabó.

Dos pitidos y una voz entre cortada me detienen mientras el detective forcejea para quitarme de encima, pero está demasiado aturdido. Dos pitidos de una radio.

—¡Meysi, busca donde tiene la radio!- Digo mientras con la cadena de las esposas lo asfixio un poco.

Meysi ni si quiera responde y lo esculca mientras no deja de apuntar con una mano y moviéndome un poco revisa su chaqueta y luego sus pantalones. -¡Aquí esta!-

-¡Acércaselo!- Digo asustada

—¿¡De que hablas?! ¡Vámonos ya!

-¡No! ¡Haz lo que te dije!-

Dos pitidos y esta vez escuchamos la voz masculina que llama -¡Aguila alfa catorce a halcón gama! ¡Responda es urgente!-

El mensaje lo repiten varias veces hasta que Meysi lo acerca a la boca del detective y le dice -Dices algo de lo que está pasando y te mato.

El detective ríe sin embargo tan solo afirma. —Presiona el botón más largo para que responda…Estúpidas mocosas…esta ciudad esta podrida.

-Adelante halcón gama a águila alfa.- Dice el detective un tanto ahogado

—Su posición halcón gama, tenemos una situación de código M5, solicitamos su presencia indispensable en rojo, insisto solicitamos su presencia en rojo.

Meysi aleja la radio de él y le dice -¿Qué te están diciendo? No te dejaré responder hasta que hables.

Presiono un poco su cuello con mi brazo intentar asfixiarlo. No quiero matarlo, pero definitivamente estamos contra las cuerdas, necesitamos huir lo más pronto posible de él sin que nos pueda perseguir.

-Significa…un múltiple homicidio…el rojo significa urgente-

—Di que no puedes ir. Ahora- Dice Meysi.

Antes de que Meysi le acerque la radio la miro y le digo -Espera- Y mirando al detective mirándolo a los ojos le digo -No somos criminales, no estoy encubriendo a un criminal, estoy salvando a un amigo, el no hizo nada malo, él es una víctima más, ¡además se está muriendo! ¡Prometo hablar todo, pero ayúdelo!

El detective escupe hacia un lado y responde mientras quito mi brazo de su cuello

-¿Ayudarlo? Ese hombre debe enfrentar la justicia…Es un homicida, como dijo tu amiga antes de traicionarme, abre los ojos, ese tipo no está en sus cabales.

Entro en la desesperación y quitándome de encima de él me pongo de rodillas y agacho el rostro.

-¡¿Qué quiere que haga entonces?! ¡Usted no lo entiende por qué no lo conoce! ¡Él no es el culpable! ¡Es esa estúpida mujer muerta! ¡Tengo las pruebas, en verdad, tengo todo para que pruebe su inocencia, él no es un terrorista, el solo es una persona atrapada entre personas malas! ¡Se lo aseguro!

El detective solo ríe mientras algunas gotas de lluvia comienzan a caer, más sirenas de policía se escuchan, sé que no vienen para acá, no entiendo por qué pero no vienen hacia acá, algo sucedió en la ciudad, algo grande.

Meysi me mira confundida y el detective limpiando su rostro de la sangre que logre sacarle junto con los golpes de Meysi y se pone de rodillas

—¡No se mueva!- Grita Meysi

-¿Quieren que les ayude o quieren que me quede aquí tirado toda la tarde? Decídanse, tengo trabajo que hacer…

-Déjalo levantarse- Le digo a Meysi quien se ve sumamente confundida y el detective sin avisar mete las manos a sus bolsillos y saca las llaves para liberarme y me levanto mientras me pongo a un lado de Meysi al instante.

-¡Halcón Gama, responda! ¡Código M5, I1, Es indispensable su presencia! ¡En rojo!-

Meysi acerca la radio al detective sin dejar de apuntarle y responde

Veintiuno, ubicación-

-La ubicación…es…-

-¡No se ha copiado la ubicación, repite ubicación águila alfa!- Grita molesto el detective-

-Calzada despertar número 592 Halcón gama. Presencia inminente en rojo-

El detective cambia su rostro totalmente y en un instante toma la mano de Meysi con la que sostenía el arma y pegándola a su frente le dice con una voz rota:

-Jala el gatillo…Jálalo…Rápido…-

Meysi asustada suelta el arma mientras yo solo miro sin entender que sucede. Después el detective arrebata la radio a Meysi e ignorándonos completamente responde:

-Veintiuno…Estoy en camino, envíen la unidad más cercana a la calle número dos del tercer cuadro de la región 34. Solicito la presencia del Halcón Omega en mi posición. Cambio y fuera-

Tras decir esto el detective tira la radio al suelo y nos mira. Una pesada lluvia ha comenzado a caer y una escena tan dramática no podría repetirse jamás en la vida de nadie. El detective ha comenzado a llorar en silencio. Mete la mano a su chaqueta, sin embargo, Meysi y yo no hacemos nada…Estamos tan asustadas que tan solo estamos cerca la una de la otra.

Saca una placa de policía y la mira para después reír sarcásticamente.

-¿Qué pasa?- Murmura Meysi-

-No lo sé- Respondo

El detective llora tan desconsoladamente que me es inevitable tocarlo ligeramente por el hombro y mirándome se agarra de mis faldas fuertemente mientras me grita

-¡Diez años! ¡Diez años! ¡Diez años sirviendo a la justicia, a la verdad! ¡¿Para qué?!…-

No entiendo nada, pero estoy muy asustada -Perdón…pero…no entiendo…-

-Calzada despertar 592 es…o más bien…Era mi hogar-

Sentí una tristeza tremenda, le acababan de reportar que su familia…estaba muerta…

Me hinque y sin decir nada me abrazo mientras gritaba y lloraba. Los tres estábamos en un shock tan tremendo que nos quedamos así varios minutos. La lluvia era inexistente para nosotros pese a estar cayendo fuertemente.

Meysi levantaría el arma y la placa del policía y las guardaría en la mochila. No tardaría mucho en llegar una patrulla a la calle donde estábamos. El detective nos miró y con la voz afónica de tanto gritar nos dijo

-Esto nunca pasó, ya pensaré que inventar a los altos mandos sobre esta situación.

El detective caminando entre la lluvia hacia la unidad era algo que mis ojos nunca olvidarían y yo solo pude hacer algo, recordar las palabras de la persona que más había querido en esta vida.

“Se una buena persona”

Eso dijo Joshua en su carta.

Corrí lo más rápido que pude y acercándome al detective sujeté su mano y el me miro con esa mirada llena de desesperanza y dolor.

-Detective…Este no es el final…-

El no respondió, pero sabía que mis palabras no le eran indiferentes y subiendo en el lado del copiloto después abrió la puerta de atrás.

La patrulla se marchó y ahí se quedaron dos adolescentes disfrazadas de monjas bajo la lluvia más negra que una ciudad podía dar. Entendí por que Joshua me había dicho que no fuera una bandida. Lo había sido por solo un día y en solo un día aprendí que no quería serlo nunca más, regresamos a casa de Meysi solo para pensar cómo salvar a Joshua antes de que fuera demasiado tarde.